Datan del año 400 aC y las alberga el museo de la Universidad de Saná, informan
Viernes 12 de mayo de 2017, p. 5
Saná.
La guerra en Yemen ha dejado miles de muertos y una destrucción a gran escala. Ahora el conflicto amenaza también una excepcional colección de momias que los arqueólogos tratan desesperadamente de preservar.
El museo de la Universidad de Saná, la capital yemenita, alberga esta pequeña colección que data del año 400 aC y da fe de una civilización poco conocida de la Arabia feliz
, antigua denominación de Yemen.
Desde hace décadas, el museo recibe a visitantes deseosos de ver los restos embalsamados de hombres y mujeres de hace más de dos milenios, algunos con dientes o mechones de pelo todavía intactos.
Pero con los cortes de electricidad y el bloqueo casi total de los puertos bajo control de los rebeldes hutíes, el futuro de estas momias está riesgo.
Testimonio tangible
Un puñado de arqueólogos se esfuerza por conservar las 12 momias, descubiertas accidentalmente durante excavaciones efectuadas en 1980 y 1990.
Esos restos humanos sufren por el calor, la humedad y la escasez de productos de conservación, según los especialistas.
Las momias son testimonio tangible de la historia de una nación y están afectadas por la guerra
, dijo Abdel Rahman Jarala, responsable del departamento de Arqueología de la Universidad de Saná.
Necesitan un entorno controlado y cuidados regulares, incluida una desinfección cada seis meses. Algunas han empezado a desintegrarse porque no podemos asegurar el suministro de electricidad y productos químicos de preservación, y luchamos contra el mal olor. Estamos preocupados tanto por la conservación de las momias como por la salud de quienes las manipulan.
De la ciudad antigua de Palmira en Siria al casco histórico de Saná, numerosos tesoros arqueológicos y museos en Oriente Medio están amenazados por conflictos.
El centro histórico de Saná, inscrito desde 1986 en la lista del patrimonio de la humanidad de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), está considerado en peligro debido al conflicto, que comenzó en 2015.