Oyentes con los ojos vendados en salas de NY y París prefieren los de reciente manufactura
Martes 9 de mayo de 2017, p. 8
Miami.
A pesar de la enorme reputación de viejos violines de maestros italianos como Antonio Stradivari, oyentes con los ojos vendados en salas de conciertos en Nueva York y París dicen que prefieren el sonido de instrumentos más nuevos.
El último episodio del eterno debate sobre los mejores sonidos en los violines salió ayer en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, publicación estadunidense revisada por pares de ese ámbito.
Debido a que los viejos instrumentos italianos tienen ahora un precio fuera del alcance de la gran mayoría de los músicos que tocan violín, parece importante tener que probar la suposición fundamental de su superioridad tonal
, dijo el estudio, dirigido por Claudia Fritz, investigadora del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia.
Es la primera vez que una prueba de este tipo es hecha de forma científica, ciega y de manera precisa, para medir las diferentes percepciones
, dijo Fritz.
Los Stradivarius se fabricaron entre los siglos XVII y XVIII y hoy son vendidos o subastados en millones de dólares.
Se trata de un sonido rico, pujante y claro que rellena la sala y pasa por encima de la orquesta
, explicó Fritz, quien trabajó para el estudio con el laudero estadunidense Joseph Curtin.
Muchos expertos sostienen que esos instrumentos poseen la curiosa capacidad de sonar un poco más bajo al oído de quienes los tocan, pero proyectando el sonido más lejos y mejor en una sala de conciertos que los modelos más recientes.
Por ello, los investigadores pidieron a oyentes musicalmente versados comparar tres violines Stradivarius con tres modelos más recientes, basados en el sonido de su preferencia y su proyección.
Una prueba se efectuó en una sala de conciertos de 300 asientos cerca de París, con 55 espectadores. El segundo involucró a 82 oyentes en un salón de 860 butacas en Nueva York.
Los instrumentos fueron tocados detrás de una pantalla por solistas con los ojos vendados, a veces con una orquesta, otras sin ese acompañamiento.
Independientemente de la experiencia musical, los oyentes prefirieron los violines nuevos frente a los antiguos y encontraron que aquéllos proyectaban un sonido mejor que los antiguos
, concluyó el estudio.
Ejecutantes y oyentes fueron incapaces de distinguir consistentemente entre los violines nuevos y los viejos
, añadió.
Contrario a la sabiduría y la práctica convencional, los solistas podrían beneficiarse de tocar con un violín nuevo en vez del viejo durante las audiciones y concursos, siempre que la procedencia de los violines esté protegida por los jueces
, precisó el estudio.
Dos de los autores del estudio hicieron una divulgación de conflicto de intereses. Uno fue empleado por un estudio que construye violines y violas, y otro trabajó para una compañía que fabrica cuerdas orquestales.
Un estudio de 2014 basado en 10 violinistas profesionales también constató que los músicos –cuando no eran conscientes de que usaban instrumentos antiguos o nuevos– preferían los más modernos.
Después de tocar cada instrumento, primero en una sala de ensayo y luego en una de conciertos, seis eligieron violines modernos y cuatro optaron por los antiguos.