Sociedad y Justicia
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Se relaciona con cáncer e hipertensión arterial, entre otros: académica de la UAM

Estrés oxidativo, un asesino silencioso más
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de mayo de 2017, p. 33

Igual que la hipertensión arterial, el estrés oxidativo es considerado el otro enemigo silencioso de la salud porque no presenta síntomas, pero puede desencadenar desórdenes cardiacos y enfermedades crónico-degenerativas, por lo cual en años recientes se han incrementado exponencialmente los estudios sobre este padecimiento, señaló Annia Galano Jiménez, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En la primera jornada Química sin fronteras, en la UAM, la académica de la unidad Iztapalapa explicó que ese mal es de origen químico y se da cuando hay un desbalance entre la producción y el consumo de oxidantes en los organismos vivos.

El cuerpo humano está diseñado para funcionar con radicales libres, pero como todo en la vida, la cantidad importa, y en concentraciones bajas tiene participación activa en la reproducción y señalización celular, así como en la regulación de receptores de insulina, entre otros procesos.

Desajustes degenerativos

El estrés oxidativo, igual que la hipertensión, no presenta síntomas evidentes, de manera que cuando nos enteramos de que tenemos un problema así ya es demasiado tarde y puede desencadenar diferentes padecimientos que se manifiestan en cáncer, cataratas y desajustes neurodegenerativos.

Para detectar la presión arterial elevada en cualquier farmacia se adquieren dispositivos, pero para saber si hay una situación que provoque alto estrés oxidativo no existen aparatos.

Los estudios demuestran que este nuevo asesino silencioso también puede ser causante de hipertensión arterial, de manera que son los antioxidantes los medios con que contamos los químicos para combatirlo, y si son beneficiosos para el estrés oxidativo, lo pueden ser también para la presión arterial.

Galano Jiménez explicó que en la medida que la esperanza de vida aumenta, también lo hace la edad promedio y por tanto la proporción de personas que presentan problemas de salud relacionados con este mal, por eso las investigaciones sobre el tema hayan crecido en años pasados.

La enfermedad provoca desbalance entre la producción y el consumo de oxidantes en el cuerpo humano, en especial de radicales libres, provenientes de fuentes endógenas (procesos inflamatorios metabólicos, estrés emocional) y exógenas (contaminación o radiación ionizante y ultravioleta).

La investigadora del departamento de química señaló que la cinética es fundamental en el estudio de procesos relacionados tanto con el estrés oxidativo como con las propiedades deseadas en un antioxidante ideal, es decir no tóxico, versátil y disponible, ya sea producido endógenamente o consumido como suplemento alimenticio. La mayoría de esos compuestos puede adquirirse en la dieta diaria; no obstante, pueden ser exógenos, como el edaravone y sus derivados, y si nosotros sabemos dentro de estos componentes cuáles son los más eficientes, podemos diseñar inteligentemente suplementos alimenticios.