Al mexicano, y al habitante de Azcapotzalco en particular, le gusta leer, expresó Pablo Moctezuma Barragán, delegado de esa demarcación, cuya octava Feria Internacional del Libro finalizó ayer con una asistencia de más de 14 mil personas, cifra que superó la del año pasado.

Una cosa es que se no tenga para comprar libros, y otra que no procures su acceso si te gusta mucho leer, dijo el también autor de Juárez: La serenidad que venció al imperio, y destacó que una de las novedades de la octava edición de la feria fue la distribución gratuita de 15 títulos de libros, y el trueque de ejemplares. Nadie salió de aquí sin un volumen

A las personas les gusta el trabajo cultural, y la música y la ópera, de lo que hubo un muestrario amplio. Moctezuma Barragán anotó, en entrevista con La Jornada, que todos domingos en el Jardín Hidalgo presentamos un grupo de tenores y sopranos, con lleno total. Las personas sí quieren actividades culturales de calidad. Es falso que a la gente haya que darle basura. En esta zona, que es popular, de trabajadores, vemos que las personas están ávidas de cultura, entonces la Feria Internacional del Libro de Azcapotzalco sí llena una necesidad.

Según el funcionario, este año la feria fue más diversa, se enriqueció mucho. Hubo espacios para los niños como la bebeteca, y para los jóvenes, con quienes se realizaron actividades continuas. También se pudo aprender manualidades. Y todo esto atrajo a más familias, niños y jóvenes; por ende, aumentó la asistencia.

A lo largo de los 10 días que duró la feria se presentaron un centenar de autores. En la inauguración, Claudia Sheinbaum habló del presente y futuro de la CDMX, y cerró Beatriz Gutiérrez Müller con su libro Dos revolucionarios a la sombra de Madero. Hubo homenajes al escritor Carlos Montemayor y al poeta Enrique González Rojo.

Cine y pintura, parte de la oferta

Entre las actividades paralelas, en la biblioteca se proyectaron de forma gratuita películas basadas en libros de Gabriel García Márquez, y se inauguró el mural Quetzalcóyotl, de 40 metros de altura, en la unidad habitacional Villas del Rosario.

Hubo énfasis en los autores y cronistas de la delegación (Edna Aponte, Estela Guerra, María Elena Solórzano y Francisco Martínez Arias), que ha impreso varios libros, uno sobre deportistas chintololos, otro acerca de Ana María Rueda, de 108 años, y la memoria del 16 Encuentro de Cronistas de Azcapotzalco. Se editó el libro Glifos: La cuenta de los días y los destinos, de Felipe Garrido, que se obsequió el Día del Niño.

Invitados de España y Colombia

El tema de la migración estuvo presente en la voz del sacerdote Alejandro Solalinde, mientras el autor salvadoreño Oscar Martínez presentó Vivir y morir en Centroamérica.

El énfasis en los autores de la delegación es una de las líneas de la feria, junto con la proyección internacional. También hubo invitados de España y Colombia. Paco Ignacio Taibo II presentó el libro A 50 años de la muerte del Ché, suceso que se conmemorará en octubre próximo. Moctezuma Barragán dio a conocer un ensayo sobre Fidel Castro.

El delegado agregó que estas dos líneas seguirán imperando en la feria de 2018.