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Muchos se nos han volteado; traidores, escribe Iván Archivaldo en redes sociales

Dos hijos de El Chapo disputan desde febrero el liderazgo del cártel de Sinaloa
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El Ejército ha intensificado la vigilancia en todo el paísFoto Cuartoscuro
Corresponsal y reportero
Periódico La Jornada
Domingo 7 de mayo de 2017, p. 7

Desde febrero de este año los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán Loera comenzaron una disputa contra otros integrantes del cártel de Sinaloa por el liderazgo del grupo delictivo. En sus redes sociales, el mayor de ellos, Iván Archivaldo, escribió: Muchos se nos han volteado. Corrientes, traidores. No podía esperar más de esos tacuaches.

Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar, hijos de El Chapo, hicieron parte de su vida en Guadalajara, Jalisco, donde estudiaron y vivían de la riqueza del ex jefe de dicho cártel, pero se involucraron en el negocio de las drogas luego de las detenciones de su padre por el Ejército y la Marina.

Iván Archivaldo es el mayor y quien tiene más experiencia en el mundo del narcotráfico, por estar más cerca de su padre. Se metió de lleno a dirigir esa organización criminal luego de las aprehensiones de Guzmán Loera en Mazatlán y luego en Los Mochis, Sinaloa.

El jefe manda. Está preso, pero no muerto. Él sigue siendo el patrón, expresaba en reuniones privadas, con familiares y cómplices, cuando El Chapo estaba en el penal de máxima seguridad del Altiplano, ubicado en el estado de México, y luego en Ciudad Juárez, Chihuahua, señalaron fuentes del gobierno federal. Pero la comunicación entre los hijos y Guzmán Loera se suspendió por completo cuando éste fue extraditado a Estados Unidos.

Ahora son ellos quienes buscan estar al frente del cártel y para ello deben superar las pugnas con el grupo criminal que lidera Dámaso López Núñez, El Licenciado, recién detenido, con quien disputaban la zona sur de Culiacán y el municipio de Navolato, regiones que aparentemente había otorgado El Chapo para agradecer el papel que tuvo Dámaso López en las dos fugas de penales federales.

Ni Alfredo ni Iván Arhivaldo conocen Culiacán y mucho menos Sinaloa. Versiones extraoficiales indican que ambos se han tenido que apoyar en jefes locales, como Aureliano Guzmán Loera, El Guano, tío de ambos y quien controla la zona serrana del municipio de Badiraguato. A finales de diciembre la orden de esta organización criminal se dio por conducto de operadores y jefes de células en la capital sinaloense y las principales ciudades del estado: el nuevo patrón del narcomenudeo y quien autorizaba los principales movimientos del cártel era El Guano, y que los Menores quedaban en segundo plano.

La medida, según fuentes del gobierno federal, buscó sacar de los reflectores a los Menores, como también llaman a los hermanos Guzmán, para exponerlos menos a los operativos del Ejército y la Marina y ubicarlos en una posición de menor vulnerabilidad, aunque ellos seguían mandando en el grupo heredado por su padre.

El Guano saltó a la luz pública luego de que ultimaron a balazos a Ernesto Guzmán Hidalgo, medio hermano de él y de El Chapo, por supuestas rencillas personales en 2015.

El nieto del hoy occiso y pariente de los Guzmán, Alfredo Beltrán Guzmán, El Mochomito, se molestó tanto que atacó, apoyado con pistoleros de los Beltrán Leyva, la casa de Consuelo Loera, madre de El Chapo, en La Tuna, Badiraguato, en junio de 2016.

Luego fue un ejército de Chapitos, partidarios de los Guzmán Loera, quienes atacaron en represalia la comunidad de Huixiopa, ubicada cerca de La Tuna, considerada bastión de los Beltrán Leyva. Alrededor de medio centenar de familiares tuvieron que desplazarse y buscar refugio en otras poblaciones o en la cabecera municipal.

El caso de Alfredo

Alfredo Guzmán Salazar, de alrededor de 30 años, es requerido por diversas autoridades. En 2009 se giró una orden de aprehensión –fue emitida por el juez Rubén Castillo, del distrito norte de Illinois, Estados Unidos– que lo acusaba de introducir droga a territorio estadunidense proveniente de Colombia, Perú, Bolivia, Panamá, Venezuela, Costa Rica, Honduras y México.

Según el expediente 1-09- CR-00383, Alfredo Guzmán Salazar no sólo coordinaba el trasiego de droga a Estados Unidos. También garantizaba el pago de dinero por la venta de la droga, mismo que era regresado a México, particularmente a Culiacán.

Además, de acuerdo con el expediente, Alfredillo era quien coordinaba la logística para el traslado de droga y trabajaba para su padre, El Chapo, pero también para Ismael El Mayo Zambada.

En agosto de 2016 Alfredo Guzmán fue secuestrado por integrantes del cártel Jalisco Nueva generación en el restaurante La Leche, en el municipio de Puerto Vallarta, pero cuatro días después fue liberado sin daño alguno.