PIB crecería más
(0.17%)
Paisanos: con todo y Trump
A intereses, 100 mil millones
lgo habrán visto que los mexicanos no registran, y menos en su nivel de bienestar, pero el hecho es que por primera vez en el pasado año y medio los especialistas en economía del sector privado elevaron su expectativa de crecimiento para el país en 2017, si bien la proporción del ajuste fue mínimo (0.17 por ciento), al aumentarlo de 1.49 a 1.66 por ciento entre marzo y abril, respectivamente, del presente año.
Algo, pues, que tampoco han registrado los organismos financieros internacionales y regionales, pues a lo largo de las semanas recientes el Fondo Monetario, el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe también ajustaron el pronóstico para México, pero a la baja.
Pero, bueno, con tal decisión los citados especialistas (35 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero, permanentemente consultados por el Banco de México) retoman su pronóstico inicial para 2017, divulgado al cierre de diciembre de 2016, cuando calcularon un crecimiento de 1.6 por ciento para el presente año.
De cualquier suerte, siempre que se cumpla el nuevo pronóstico, no se modificaría el balance del gobierno peñanietista en materia de crecimiento económico, pues en cinco años de gobierno la tasa anual promedio a duras penas alcanzaría 1.92 por ciento, muy lejos del 5 por ciento prometido en tiempos de campaña electoral.
Tal balance prácticamente no se altera al incluir el pronóstico que los mismos especialistas arriesgan para 2018, año del cierre sexenal. Para entonces estiman que la economía crecería 2.12 por ciento, para un promedio en todo el gobierno peñanietista de 2.05 por ciento (aprobadas todas las reformas que aportarían dos puntos adicionales al producto interno bruto, según la promesa oficial), proporción apenas por arriba –por decirlo así– de lo registrado durante el calderonato (1.9 por ciento).
Los especialistas del sector privado se emocionaron con el retorno tricolor a Los Pinos y la llegada del reformista Enrique Peña Nieto a la residencia oficial, y para la primera mitad del sexenio que prometió mover a México
estimaron tasas de crecimiento de 3.5 por ciento, proporción que si bien no sacaba al país del estancamiento de más de tres décadas, sí representaba el principio del despegue.
Pero se quedaron con las ganas, con muchas, porque no fue el principio del despegue, sino la confirmación de que con el modelo que se sigue –el mismo en 35 años– la economía mexicana se mantiene en la lona. Así, de aquel pronóstico de 3.5 la realidad los ubicó en una tasa de 1.9 por ciento, a duras penas, es decir, casi la mitad de lo calculado.
Sin embargo, a partir del cuarto año de gobierno peñanietista los especialistas aplicaron la política del tijeretazo, y mes tras mes –salvo unas cuantas ocasiones– recortaron y recortaron su pronóstico sobre el crecimiento económico mexicano.
Entonces, es en este contexto que algo excepcional deben haber registrado en la robusta (José Antonio Meade dixit) economía nacional, pues de otra suerte no se entendería por qué rompieron la racha de 16 meses de recortes al hilo de la expectativa. El problema es que los mexicanos no viven de expectativa, sino de la más cruel realidad.
Quienes no tienen tiempo de pensar en expectativas, estimaciones, pronósticos y percepciones son los paisanos expulsados de su tierra por razones económicas y de inseguridad, que a golpe de trabajo han abierto puertas en el vecino del norte y se consolidan como una gran comunidad y la primera minoría étnica en el vecino del norte.
Así, el Banco de México informó que en el primer trimestre de 2017 las remesas sumaron 6 mil 640 millones de dólares (7 por ciento más que en igual periodo de 2016), con todo y el energúmeno de la Casa Blanca y su política persecutoria en contra de los bad hombres, que en los hechos es gente de primera, es decir, todo lo contrario de Donald Trump y su pandilla de xenófobos.
La Jornada lo reportó así: concretamente, en marzo de este año las remesas totalizaron 2 mil 520 millones de dólares, el monto más alto para un mes en lo que va de 2017, y una cantidad que superó en 15 por ciento a la del mismo periodo de 2016, añadió la información del Banco de México. El ingreso de divisas por dicho concepto fue el mayor para un periodo mensual desde octubre de 2008. Alrededor de 95 de cada 100 dólares que ingresan al país por remesas proviene de trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
Para dar una idea de qué se trata, en todo el sexenio salinista los paisanos enviaron recursos por un total cercano a 16 millones de dólares, de tal suerte que lo que ahora mandan en un trimestre equivale a casi tres años de lo remitido en tiempos del susodicho.
En el recuento, durante el gobierno zedillista las remesas sumaron poco más de 30 mil millones de dólares; billetes verdes. Con Vicente Fox (quien cínicamente presumía que México exporta jardineros de muy buena calidad
) los envíos totalizaron 92 mil millones (casi 500 por ciento más que en el salinato), y con Felipe Calderón 130 mil millones de billetes verdes. Ya con Enrique Peña Nieto el flujo de remesas ha superado 100 mil millones de dólares, aunque al cierre sexenal puede reportar alrededor de 150 mil millones, el mayor en la historia.
Y mientras los paisanos incondicionalmente inyectan recursos al país y a la economía que los expulsaron, otros los exportan que da envidia. La Jornada nos ilustra sobre el particular: “En el primer trimestre de 2017 el costo financiero de la deuda del sector púbico, integrado por intereses, comisiones y otros gastos (los primeros, fundamentalmente), se incrementó 44.3 por ciento real en términos anualizados, al pasar de 66 mil 100 millones de pesos en dicho periodo de 2016 a 100 mil 200 millones en el mismo lapso de este año, revelan los Informes sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública correspondientes al periodo enero-marzo de este año (Israel Rodríguez), algo así como 5 mil 200 millones de dólares que terminaron en las alforjas de los bancos acreedores. Pero los paisanos, en igual periodo, enviaron recursos por 6 mil 640 millones.
Las rebanadas del pastel
Pues nada, que resultó tan eficiente en eso de recaudar dinero que a la ex candidata morenista Eva Cadena Sandoval ya la promueven para ser la mera mera del SAT, y sus asesores serían quienes la seleccionaron como abanderada de dicha agrupación política.
Twitter: @cafevega