En el país hay aproximadamente 50 mil comunidades que no tienen servicio de telefonía celular a pesar de que las empresas concesionarias tendrían obligación de ofrecerlo. Sin embargo, no les es costeable llegar a zonas donde el número de habitantes es entre 400 y 5 mil personas, dijo Ruth Orozco, de Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias.

Explicó que al parecer las empresas no encuentran redituable poner una oficina con empleados y mantener los gastos de la administración, que va más allá de los costos de las antenas o de la infraestructura. En la presentación del documental Telecomunicaciones independientes en resistencia, dijo que es así como se deja desprovistas de estos servicios a las comunidades, las cuales no están ejerciendo su derecho a la comunicación.

Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias es una empresa concesionaria que brinda servicios de telefonía celular. Actualmente, trabajan en 21 comunidades de Oaxaca, distribuidas entre la Sierra Norte, las zapotecas, las mixes y la Mixteca alta, y tienen permiso para entrar a Guerrero, Chiapas, Veracruz y Puebla.

A su vez, Aleida Calleja, del Consejo Consultivo de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, señaló que la reforma constitucional de 2013 reconoce el derecho al acceso a las telecomunicaciones, lo que lleva al Estado exigir a las empresas concesionarias la cobertura social, que no la están teniendo y están permitiendo que generen contextos y condiciones de escasez artificial de acceso para la fibra óptica y para el espectro radioeléctrico.

No obstante, coincidieron las especialistas, esto ha permitido que las mismas comunidades generen sus propios proyectos.

Ruth Orozco indicó que estas iniciativas son autogestivas y surgen de la iniciativa de comunidades indígenas, de hackers, activistas y colectivos que tienen el objetivo de hacer subsistir a sus propios proyectos para poder fortalecer a la organización política y social de los lugares para los que trabajan.

Aleida Calleja dijo que durante mucho tiempo hubo quejas sobre la gran concentración mediática en México, pues afectaba la libertad de expresión, el derecho a la información, el pluralismo y la diversidad, pero ahora, indicó, esos problemas se trasladaron a lo digital, a las tecnologías de la información y de la comunicación. Solamente que en telecomunicación es 50 veces mayor.

No obstante, señaló que la lección que dejó en su momento lo que fue la comunicación alternativa, comunitaria, libre es que sí necesitamos articular un movimiento local y global de dimensiones mucho más grandes porque la fuerza con la que están actuando las empresas frente a los estados no está teniendo su correlato frente a las exigencias que podría hacer la sociedad civil organizada.