Javier Gato Ordaz, legendario jugador que se mantiene competitivo en master, asegura que el tenis mexicano es como la política: (los dirigentes) vienen, salen, entran, opinan, pero no hay realmente un programa concreto que tenistas y entrenadores puedan seguir, mientras la práctica del deporte blanco se ha diluido en los clubes, en los que la actividad es más social que deportiva.

El ex jugador Copa Davis y doble medallista de plata en Juegos Centroamericanos y del Caribe, se desempeña como entrenador de jóvenes y jugador master en el plano mundial. En su tercer año dentro de la categoría 60-65 años, ascendió del puesto 82 al 26 en la clasificación mundial, donde ha cosechado títulos en casi todas las ramas a partir de los 35.

Es una nueva etapa para el hombre que llegó al tenis como atajador de bolas en el Júnior Club. No he sido campeón de todas las categorías, empe- cé muy tarde, a los 14 años, así que campeonatos juveniles tengo muy pocos. Ya después en mis idas a Europa fue donde me hice más en el tenis, pero sigo vigente y dando clases. De esto vivo, jugando algunos torneos y sigo representando a México, afirmó

Sobre la carencia de representantes mexicanos en el tenis profesional, bache que el tenis mexicano no supera hace casi tres décadas, Ordaz reflexiona con cierta resignación: Faltan muchas cosas. Hay mucho talento, pero como siempre, no hay apoyos necesarios y uno tiene que hacer las cosas por su propia cuenta. Se sigue hundiendo y no hay forma de poder salir, de ver la necesidad de que podamos echarnos la mano todos, de que pongamos un poco de nosotros.

Ordaz observó que la iniciación al tenis se ha visto afectada porque los clubes, que de siempre han sido la base, han perdido la parte competitiva. “Podemos ver que son clubes ya sociales, antes eran las canchas más jugadas y hoy las vemos solas. Ha habido muchas deserciones y la gente se va a reunir, a hacer otras actividades.

Ahora cuestan cada vez más las raquetas, las pelotas, los torneos, y no es que uno esté acusando que no hay apoyos, pero no hay seguimiento y se pierde el interés. También es mucha labor con los padres de familia, dijo, aunque aseguró que no pierde la esperanza en que resulte el nuevo intento, el circuito infantil y juvenil que lanzará la Federación Mexicana de Tenis.