Paola Longoria se acostumbró a ganar. Durante tres años y ocho meses no supo de otra experiencia que pasar por encima de todas sus rivales. Incluso por la que con el tiempo se convirtió en su némesis, la estadunidense Rhonda Rajsich, primero su ideal, después su rival más enconada en la cancha y quien le arrebató el largo invicto en el tour profesional en Stockton California, en octubre de 2014, y en la selección hace un par de semanas dentro del panamericano en Costa Rica.

La derrota de 2014 todavía le duele, admite Longoria, porque después de casi cuatro años de sólo ganar, había olvidado la posibilidad siempre latente de perder.

Fue muy triste esa derrota, admite Longoria. Me sigue doliendo, porque me acostumbre a ganar y ganar; me he olvidado de que soy humana.

Longoria vivía con esa presión encima atizada por el que considera uno de sus mayores defectos: buscar la perfección, una obsesión que sabe fallida, pues ella misma se recuerda que no existe en estado puro.

La derrota de hace dos semanas en Costa Rica también le lastima, a pesar de que ya había recordado la experiencia en 2014. De nuevo fue ante su eterna rival, Rajsich, que esta vez interrumpió un paso ganador en el que había acumulado 188 victorias, 183 dentro del tour profesional y cinco de panamericanos.

“Hago hincapié que después de la derrota en Costa Rica, sigo invicta en el tour”, explica, pues el panamericano no forma par- te de la gira profesional. Después de perder hace dos años en Stockton, California, esa nueva racha sin derrota se mantiene y quiero que se mantenga por muchos años. No es algo que me quiera poner como presión, pero los números están ahí.

Pero Longoria es una mujer que no puede dejar de buscar nuevas marcas en el horizonte y ahora atisba la posibilidad de imponer la marca de ocho temporadas como la número uno del ranking profesional.

Soy demasiado dura conmigo, si algo no me sale como pretendo de verdad que me pongo muy mal, pero eso es lo que me ha llevado a la excelencia, siempre busco nuevos retos y nuevas marcas, apunta.

Con la mirada puesta en imponer la marca, encuentra un estímulo para lograrlo al cerrar la temporada en México. Enfilada, jugará la penúltima fecha del tour profesional en el torneo que lleva su nombre, Paola Longoria Open, que se jugará del 5 al 7 de mayo, en Guadalajara; la temporada culmina en Chihuahua, donde pretende otro récord en la historia del raquetbol. Es la primera oportunidad que tengo de cerrar una temporada en México. Qué mejor que sea la más importante para romper ese récord en mi país, dice Paola emocionada.