La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) tiene apenas alrededor de 25 especialistas para analizar miles de solicitudes de extranjeros que buscan apoyo del Estado.

El análisis de cada historia debe realizarse de manera rigurosa y emitir una respuesta en un plazo no mayor a 45 días.

Esta comisión, una de las instancias de la Secretaría de Gobernación permanentemente más castigadas en cuanto a presupuesto, tiene una plantilla general de 80 trabajadores, incluidos 29 profesionistas, cuyas plazas corren a cargo, en términos económicos, del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

La estructura nacional de la Comar es mínima: dos oficinas, una en Acayucan, Veracruz, y otra en Tapachula, Chiapas, además de la sede en la capital del país.

Es por ello que tiene que auxiliarse del Instituto Nacional de Migración (INM), a fin de garantizar que todos aquellos extranjeros presentados en las estaciones migratorias sean al menos informados del derecho a solicitar refugio.

El problema operativo se inicia cuando un especialista de la Comar debe viajar a algún punto de la República para entrevistar y constatar el caso de algún solicitante, como ocurrió recientemente en la frontera norte con grupos de migrantes haitianos y cubanos impedidos de entrar a Estados Unidos, así como cruzar datos con el INM y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, con el propósito de que no entren por esta vía personas con alerta en la materia.

La Comar tiene también la responsabilidad de apoyar a quienes beneficia con el reconocimiento de refugio: gestionarle servicios de salud y de educación (para algunos aprender español es la prioridad), así como la colocación en un empleo o ayudarlos a tener un lugar para vivir.

Igualmente, brindar elementos adicionales a personas vulnerables y menores de edad, ya sea los aceptados o aquellos que debe mandar de vuelta su país.

En 2016 recibió 8 mil 788 solicitudes, de las que 439 siguen en trámite. En el año actual (corte al 20 de abril) el acumulado es ya de 3 mil 867 peticiones y, por su recepción tan reciente, están 3 mil 175 procedimientos en trámite, más los que se acumulen cada día.

Son candidatos a tener condición de refugiado los extranjeros que aseguren ser perseguidos o aquellos cuya vida está amenazada en su lugar de origen por violencia generalizada, agresión extranjera, conflictos internos, violación masiva de los derechos humanos u otras circunstancias que perturben gravemente el orden público.