Temporada de la obra Los niños de Morelia, de Rascón Banda, en el teatro Sergio Magaña
sigue vigente y continúa dejando personas sin identidad
Aborda el encuentro de esos pequeños con una cultura diferente, explica el director del montaje
Viernes 21 de abril de 2017, p. 6
Con motivo del 80 aniversario del arribo de 456 niños españoles a México, que huían de la Guerra Civil en España, el director José Manuel Lira monta en el teatro Sergio Magaña la obra Los niños de Morelia, del dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda (1948-2008).
La pieza es la memoria del exilio durante ese conflicto en el país ibérico, cuando el gobierno mexicano, presidido por Lázaro Cárdenas, acogió en Morelia a niños españoles de entre cuatro y 12 años de edad, pensando que una vez terminada la guerra podrían volver a su país. Sin embargo, el bando republicano perdió y los pequeños se quedaron.
Abandono, soledad, frustración
En entrevista con La Jornada, José Manuel Lira (Ciudad de México, 1986), explica que el texto de Rascón Banda, quien se caracterizó por abordar temas políticos y sociales, plasma las situaciones producidas por una guerra.
“Víctor Hugo, con gran sensibilidad, nos hace identificarnos en menor o mayor medida con los protagonistas, quienes viven soledad, abandono, tristeza, enojo, así como la necesidad de jugar pasara lo que pasara. Me parece un texto sumamente humano.
Habla de la situación política, económica, de los países que no dan la oportunidad de crecimiento y progreso a las personas y que éstas deben emigrar. Termina con las familias. Hoy el tema de los exiliados sigue vigente y continúa separando a las familias, dejando a seres sin identidad.
Los niños de Morelia, obra interpretada por egresados de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) y de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), narra la historia de los pequeños cuyas familias los enviaron a México con la idea de que pronto regresarían, pero al perder el bando republicano la Guerra Civil y desatarse la Segunda Guerra Mundial, eso no fue posible.
“Los niños fueron trasladados del puerto de Veracruz a Morelia y cuando finaliza el gobierno de Cárdenas los mandan a varias casas hogar en Ciudad de México, porque ya no había recursos para su manutención.
La obra primero retrata la visión de cómo los niños viven el abandono, la soledad, la frustración de no poder recibir cartas de sus padres y no tenerlos cerca; luego, se centra en su crecimiento y en el encuentro con una cultura diferente a pesar de hablar también castellano.
Para el director del montaje, la obra de Rascón Banda refleja lo que vivieron esos niños en el exilio y cómo de adultos comprenden por qué sus madres los mandaron lejos para sobrevivir a la guerra. Ellas enviaron a sus hijos sin que lo supieran sus padres que estaban en el frente de batalla y era para que escaparan de la muerte o del hambre.
Lira explicó que el montaje se hizo de manera fiel al autor y sólo al final se cambió la última línea porque se menciona el número de personas vivas en ese momento; aunque han tratado de contactar a los hijos o sobrinos de los niños exiliados no tienen el dato exacto, así que se dice cuántos niños llegaron hace 80 años.
El director escénico dijo que el montaje es una colaboración de Cortejo Producciones y de la compañía Reservorio Calamino, integrada por Andrómeda Mejía, Ivonne Márquez, Ditmara Náder, Noel Díaz, y César Chagolla, quien alterna funciones con Andrés Torres Orozco, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Los niños de Morelia, de Víctor Hugo Rascón Banda, concluirá temporada el 30 de abril; funciones los viernes a las 20 horas, sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas en el teatro Sergio Magaña (Sor Juana Inés de la Cruz 114, colonia Santa María la Ribera).