La Secretaría de Salud (Ssa), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) acordaron la creación del Consorcio Nacional de Investigación en Medicina Traslacional e Innovación, institución única en su tipo en América Latina que sumará alrededor de 8 mil investigadores para crear nuevo conocimiento y tecnología para mejorar la salud. Se busca que los desarrollos médicos no se pierdan, pues actualmente menos de uno por ciento se concreta.

Con la creación de un fideicomiso y recursos de todas las instituciones participantes, así como de la industria farmacéutica, de diagnóstico y productos médicos, además de inversiones de riesgo, se pondrá en marcha el consorcio durante el segundo semestre del año. Entre los primeros proyectos que se desarrollarán están la vacuna contra las adicciones, prótesis y desarrollos para cardiología.

Durante la presentación, en el Instituto Nacional de Medicina Genómica, a la que asistieron el titular de la Secretaría de Salud, José Narro Robles; el rector de la UNAM, Enrique Graue; el director del Conacyt, Enrique Cabrero; Guillermo Soberón, ex rector y titular de Salud, así como investigadores y especialistas, se anunció que el consorcio sumará 80 por ciento de la investigación en el país. México ocupa el lugar número 29 en investigación médica en el mundo.

Narro Robles explicó que los institutos nacionales de Salud son destacados por el servicio que prestan a la población de manera gratuita y están dirigidos a quienes más necesitan y menos tienen. Son más de 70 años de investigación, desde la fundación del Hospital Infantil de México, el Instituto Nacional de Nutrición hasta el de Pediatría, formado en 2012. Son 13 institutos de salud a los que se suman nueve de la UNAM, agregó.

Parte del secreto ha sido la relación que ha habido con la UNAM, no podíamos no estar juntos en una etapa de desarrollo de la investigación en materia de salud, agregó en su intervención. Apuntó que en los institutos hay una masa crítica valiosa que hace investigación original, contribuye al desarrollo de nuevas posibilidades de atención para los pacientes. Lo que hoy queremos hacer es borrar fronteras entre nosotros, y derrumbar muros, que a veces hay artificialmente, en el campo de la investigación.

El rector Enrique Graue, precisó por su parte que la medicina traslacional, busca llevar la investigación del banco del laboratorio a la cama del paciente. El consorcio detonará y acelerará la investigación científica en el país, mucha investigación básica se pierde y nunca se aplica a los pacientes.

Recordó que en los años 80 se encontró que la aspirina tenía un efecto cardioprotector, pero fue hasta 2000, 15 años después, cuando una tercera parte de los pacientes en Estados Unidos que necesitaban este medicamento lo usaron. No sólo es la creación del medicamento y la demostración clínica, sino poder llevar el conocimiento. En los institutos nacionales de salud se genera la investigación clínica y parte de la docencia, la universidad aportará parte de la docencia y toda la capacidad básica, añadió.

Hay mil 600 investigadores en los institutos, 2 mil en Conacyt y casi 4 mil 500 en la UNAM, pero actualmente poca investigación ha llegado a la fase de aplicación en el país, menos de uno por ciento; con el consorcio esto se podrá potenciar, explicó Guillermo Ruiz Palacios, comisionado de los institutos nacionales de la Ssa. Si ahora 10 innovaciones no se harían sin el consorcio, en cinco años habrá cientos.