California.

Kendrick Lamar presentó a su alter ego de kung fu y Lorde escenificó la incomodidad de una noche de discotecas al presentar sus nuevos temas el domingo pasado, en el festival estadunidense de Coachella.

Ambos artistas, cuyos álbumes más recientes les valieron premios Grammy, actuaron en el cierre del primer fin de semana del prestigioso festival de música en el desierto californiano.

Lamar ha sido elogiado como una voz artística del movimiento Black Lives Matter, pero el rapero dio un inesperado giro temático en Coachella, al entrar al escenario con una bola de fuego e invitar al público a descubrir la leyenda de Kung Fu Kenny.

El personaje forma parte de las letras de su reciente disco, Damn., que salió el viernes. La multitud de Coachella conoció más a Kung Fu Kenny mediante un video que mostró a Lamar como héroe de acción que recién descendía de las montañas.

Lamar se rodeó de exóticas imágenes de Asia y bailó con una espada, para cerrar su presentación con la frase El final en caracteres chinos destellando en las enormes pantallas. Pero más allá del kung fu, no renunció a la militancia política.

El rapero abrió tanto su show como su álbum con un fragmento de Fox News, cadena de noticias de corte conservador, en el que se critica Alright, su canción que denuncia la brutalidad policial. Lamar interpretó también XXX., canción del nuevo álbum con el guitarrista de U2 en la que lamenta la violencia callejera que ha cobrado numerosas vidas de negros y cerró el espectáculo con otro estreno, la balada Love.

Altibajos de una veinteañera

Lorde, quien no había actuado durante más de dos años salvo en un pequeño espectáculo anterior a Coachella en una ciudad cercana, regresó con una cautivante pieza de teatro musical que escenifica una noche deambulando por la ciudad.

Tras sustituir en el escenario a la británica Kate Bush, la neozelandesa de 20 años miró fijamente hacia el cielo y a continuación comenzó a bailar como en trance. Lorde se convirtió en una sensación siendo adolescente con el tema Royals, que interpretó el domingo maravillosamente, y está próxima a sacar su segundo álbum, Melodrama, en junio. El álbum trata de todos los altibajos de ser veinteañera, específicamente todos los altibajos de una noche, dijo Lorde al público en el festival, donde presentó algunos de los nuevos temas. Como ya es habitual, Coachella tenía algunas sorpresas reservadas.

El compositor alemán de bandas sonoras para cine Hans Zimmer cautivó al público con un recital de piano de sus partituras para películas como Los piratas del Caribe y El rey león. También destacaron el domingo las presentaciones de Future Islands, grupo indie estadunidense de synthpop, y Hinds, banda femenina de pop indie surgida en Madrid.