Brasilia.

El presidente de Brasil, Michel Temer, sugirió que algunos ministros suyos podrían dimitir, debido a las investigaciones por corrupción del caso Odebrecht.

Dijo que es vergonzoso haber sido mencionado por uno de los delatores, de haber pedido una donación de 13 millones de dólares para la campaña del Movimiento Democrático Brasileño. Es probable que algunos ministros piensen que no pueden continuar, aseveró en una entrevista de radio, y descartó destituir a algunos. Se dará en caso de una denuncia del Ministerio Público, comentó. Negó tener negociaciones con los ex mandatarios Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso para mitigar efectos de la operación Lava jato en la vida política del país.

Si hubiera denuncia es porque hay elementos fuertes, reveladores, de que la denuncia es correcta. En ese caso los ministros implicados serán suspendidos temporalmente, señaló. Si después son acusados, serán apartados (definitivamente), agregó. Las declaraciones de Temer están vinculadas con las recientes revelaciones de la constructora Odebrecht, que generaron un nuevo terremoto político en el país sudamericano la semana pasada.

Es una cosa desagradable para quien está en la vida pública desde hace tanto tiempo, expresó Temer en una entrevista televisiva al canal Band sobre las acusaciones de Marcelo Faria, ex presidente de Odebrecht Industrial.

Faria es uno de los 77 ex ejecutivos del grupo que pactó con la justicia brasileña delatar toda la trama de corruptelas alrededor de la petrolera estatal Petrobras a cambio de una rebaja en su condena.

El Tribunal Supremo anunció entonces que autorizó pesquisas por corrupción contra más de 100 políticos, entre ellos ocho ministros de Temer y decenas de parlamentarios. Más de 70 personas perderán su inmunidad por la medida del Supremo. Entre los investigados están los cinco ex presidentes brasileños vivos.

Temer aseguró hace meses que suspendería a cualquier ministro que fuera acusado de corrupción. Entre los miembros del gobierno que están bajo sospecha destacan colaboradores cercanos suyos, como el jefe de gabinete, Eliseu Padilha, y el ministro de Exteriores, Aloysio Nunes. Las denuncias de Odebrecht han puesto en aprietos al gobierno de Temer por los escándalos de corrupción que sacuden a la primera economía de América Latina desde hace años.

El caso Lava jato, que investiga una trama corrupta en torno a la petrolera estatal Petrobras desde 2014, destapó una inmensa red de fraudes, la cual se extiende al extranjero.

Odebrecht, la mayor constructora de América Latina, admitió en diciembre pasado haber pagado sobornos por más de 785 millones de dólares en 12 países, 10 de ellos de la región. Más de 70 ejecutivos de la compañía firmaron acuerdos de cooperación con la justicia brasileña para obtener beneficios en sus casos, las llamadas delaciones premiadas.

Los detalles de las denuncias de Odebrecht, conocidas en Brasil como la delación del fin del mundo, fueron dados a conocer el miércoles anterior.

El Tribunal Supremo publicó cientos de horas de videos con ejecutivos encarcelados o procesados de Odebrecht, en las que éstos hablan sobre el pago de sobornos a prácticamente toda la clase política brasileña.