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La Biblioteca de México alberga la muestra que celebra el centenario natal de la pintora

Joyas reveladoras del genio de Leonora Carrington, en 100 años de una artista

Es un alegre recorrido por la exhibición, cuya inspiración fue su incipiente archivo personal

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En el texto introductorio de la muestra, Gabriel Weisz consigna el interés de su madre por dibujar y su inspiración en los cuentos de hadas. Concluirá el 19 de abrilFoto Yazmín Ortega
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de abril de 2017, p. 8

El incipiente archivo personal de la pintora y escultora surrealista Leonora Carrington (1917-2011) sirvió de base para integrar la exposición celebratoria de su centenario natal –ocurrido el pasado 6 de abril–, montada en el Patio de los Escritores de la Biblioteca de México.

Gabriel Weisz Carrington, hijo de la artista y presidente de la fundación que lleva su nombre, responsable de la exhibición, reveló en entrevista con este diario (24/2/17), que la también escritora, dramaturga y escenógrafa no legó lo que se entiende como un archivo: Dejó en realidad muy pocos documentos y papeles. Fue mínimo lo que recibí directamente de ella. Entonces, la familia se dio a la tarea de recopilar información como sus manifiestos, escritos, correspondencia, así como ensayos que hablan de su trabajo artístico.

La muestra 100 años de una artista: Leonora Carrington, dividida en tres secciones, está llena de joyas reveladoras de la personalidad y talento de esta mujer nacida en Inglaterra, pero radicada aquí desde 1943 y naturalizada mexicana.

Viaje por los dominios ficticios, el primer apartado, se abre con media docena de reproducciones fotográficas de Leonora niña y adolescente. Su gusto por el juego, y también el té, se hace evidente en una imagen de ella con un servicio de té de juguete. En otra imagen aparece disfrazada junto con sus hermanos Pat, Gerald y Arthur.

En el texto introductorio, Gabriel Weisz consigna el interés de su madre por dibujar, su inspiración en los cuentos de hadas, pero también el lugar que los animales ocupan en su vida, pues sabe comunicarse con sus caballos y perros, que se convierten en los actores de sus escenarios pictóricos. Conoce los cuerpos de los animales porque los ha observado cuidadosamente, sus esqueletos y musculatura.

Se hace evidente que la manera muy particular de Leonora de ver y representar el mundo se manifiesta desde pequeña. Reveladores son 10 cuadros realizados durante su estancia como estudiante de pintura en Florencia, a principios de los años 30 del siglo pasado. La serie titulada Hermanas de la Luna retoma motivos de cuentos de hadas con personajes como Diana, Fortuna y Juliette.

También presente está la madre de la pintora, la irlandesa Maureen Moorehead, retratada en un globo aerostático. Asimismo, se incluye un fragmento de una carta dirigida a su hija durante la Segunda Guerra Mundial, en la que evidencia su preocupación por el pintor surrealista Max Ernst, encarcelado y considerado una amenaza para la cultura alemana.

No podrían faltar reproducciones fotográficas de otros amigos surrealistas, como André Bretón, así como cartas dirigidas al padre del movimiento, y Benjamín Peret. Todas las secciones de la exposición contienen vitrinas con ejemplos de libros escritos por Carrington como otros sobre su obra, y catálogos de sus exhibiciones.

El segundo apartado, De un surrealismo a otro (parte 1), es la más visitada al estar sobre el patio ocupado por mesas con computadoras y sus respectivos usuarios. Allí se impone la obra pictórica y escultórica de la homenajeada, asimismo su trabajo como escenógrafa, con imágenes de vestuarios y máscaras que diseñó para su participación en el movimiento teatral Poesía en Voz Alta en Casa del Lago. Se incluye su diseño para La tempestad, estructura tipo teatro guiñol.

En 1976 Gabriel Weisz dirigió El circo mutante, entonces le pidió a su madre hacer algunos objetos para el espectáculo. Entre otras cosas creó un dragón de cuyas fauces salía un contorsionista que se aprecia en fotografías.

Las esculturas de animales, como Albino hogg, alegran todavía más el recorrido. En la última sección, De un surrealismo a otro (parte 2), destaca el original en barro para sirvió de molde para realizar la serie de 100 esculturas en bronce, Sculpture vulture, para celebrar el bicentenario de la independencia de México. Se repartieron en las diferentes embajadas de México alrededor del mundo.

Al comienzo de esta área se consigna el trabajo hecho por Carrington en textil: Desde finales de los años 40 Leonora y su marido Chiki iniciaron un proyecto para la elaboración de tapetes. Los telares se instalaron en la casa de ambos. Se reproduce a manera de una tela suelta el mural que la artista pintó para el Museo de Nacional de Antropología. Se muestra un ejemplar del libro objeto The dark book, editado por Tiempo Extra en 1996, en que Leonora realizaba un grabado y Gabriel escribía un poema, o viceversa.

La Biblioteca de México (Tolsá 4, La Ciudadela, Centro) Reabre sus puertas hoy. La exposición permanecerá hasta el 9 de julio.