En general cumple con su objetivo, pero tiene deficiencias, señala
Lunes 17 de abril de 2017, p. 31
Los recursos asignados al programa Aliméntate son insuficientes para atender a la población en situación de inseguridad alimentaria en la Ciudad de México, señala una evaluación externa sobre la operación de dicha estrategia realizada en 2016.
Además, agrega el documento, se atiende a población que por sus características difícilmente podrán salir de esa carencia a corto plazo, y se detectó que hay nula rotación de beneficiarios del programa, lo que dificulta que otras personas accedan a esta ayuda.
En el informe titulado Evaluación externa de la operación de la política alimentaria de la CDMX: El caso del programa Aliméntate, señala que el año pasado, con un presupuesto de 60 millones de pesos, dicha estrategia atendió a 26 mil 279 familias, cuando se calcula que la población objetivo es de 44 mil 265 familias.
El apoyo consiste en la entrega mensual de despensas, cuyo costo es de 190 pesos por unidad, las cuales contienen productos como frijol, arroz, harina de maíz, aceite vegetal, atún, leche en polvo, café soluble, lenteja, sal, avena y pasta para sopa.
Del universo de familias incluidas en el programa, 37 por ciento viven en la delegación Iztapalapa; 47 por ciento son encabezadas por mujeres, 51 por ciento están integradas por entre cuatro y seis personas; además de que 63 por ciento de dichos núcleos familiares están asentados en colonias de bajo y muy bajo índice de desarrollo social.
Aunque en general el informe indica que el programa cumple con muchos de sus objetivos, se encontraron deficiencias, como la falta de compatibilidad entre los indicadores sobre carencia alimentaria que manejan los consejos de Evaluación de la Política de Desarrollo Social y de Evaluación del Desarrollo Social capitalino, lo que dificulta identificar la población objetivo.
Para mejorar el programa, el informe hace propuestas como rescatar el espíritu de las reglas de operación de 2015, de vincular a los beneficiarios con otras instancias, como la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo, para ayudarlos a conseguir un empleo que les ayude a superar su carencia alimentaria, así como destinar mayores recursos a la estrategia.
Propone que ante la escasa rotación de los beneficiarios, éstos sean permanentes, como sucede con la pensión alimentaria a los adultos mayores, o por tiempo determinado (un año), y que en caso de que requieran por más tiempo el apoyo, vuelvan a solicitarlo.