Cancún, QR.

El adeudo a jugadores, cuerpo técnico y administrativo del Club de Futbol Atlante, que va de dos y hasta cuatro meses y medio de sueldo, es porque los dueños del equipo –Alejandro Burillo Azcárraga y José Antonio García Rodríguez– están buscando socios para no sacarlo de Cancún, confiaron fuentes internas del plantel.

Tras una década –el conjunto llegó a Quintana Roo en 2007– de todo tipo de canonjías y recursos públicos a discreción de la mano, primero del senador y ex mandatario Félix Arturo González Canto, y después del ex gobernador Roberto Borge Angulo, los Potros de Hierro estarían jugando su último torneo en el principal destino turístico del país y América Latina.

Entre 2007 y 2016, el cuadro azulgrana recibió del gobierno de Roberto Borge 265.1 millones de pesos mediante dos razo- nes sociales: Promotora Deportiva Cancunense y Deportiva ATL 1916. El año de su debut en Cancún el gobierno estatal entregó 11 millones de pesos.

La cantidad aumentó año con año: en 2008, Borge dio al Atlante 28.6 millones de pesos; en 2009, 24.2; en 2010, 34.6; en 2011, 55.5, y en 2013, 53.2 millones. Para 2014 las cosas cambiaron cuando perdió la categoría. El desastre provocó un ajuste: el gobierno sólo dio 14.5 millones, y en 2015 la cifra se redujo a 9.9.

En 2016 se mantuvo la cifra, se firmó para recibir 9.9 millones de pesos más el impuesto al valor agregado (IVA), pero sólo se entregaron 8.9; las nuevas autoridades ya investigan dónde quedó el millón de pesos faltante.

El responsable de firmar los convenios por Atlante fue Eduardo Patricio Braun Burillo, en su carácter de administrador legal.

El llamado Equipo del Pueblo no sólo recibió recursos del estado, también el municipio de Benito Juárez puso una parte: cedió en comodato el uso exclusivo, goce y disfrute ilimitado del estadio Andrés Quintana Roo, cuya remodelación corrió a cargo del erario en tiempos de González Canto.

Todo ese cuadro de despilfarro llegó a su fin con la salida de Borge Angulo –actualmente investigado por latrocinio, robo, desvío de recursos, malversa-ción de fondos y despojo– y el equipo dejó de percibir una carretada de billetes del erario.

El jueves pasado apareció que la crisis estaba a punto de estallar por los adeudos a todo el personal, a los que se deben entre dos y hasta cuatro y medio meses de sueldo, de acuerdo con fuentes al interior de la escuadra azulgrana, que solicitaron el anonimato porque, aseguraron, perdemos la chamba.