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El papel de las comunidades en el manejo María Susana Rocha Mier Gente Sustentable, AC [email protected] Los Tuxtlas, ubicada en la parte centro-sur del estado de Veracruz, es una región llena de colores y sabores. Es considerada un área privilegiada por su biodiversidad. Por su alto valor ecológico, se estableció la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas desde 1998, en una superficie de 155 mil 122 hectáreas que abarcan parte de ocho municipios. Desde entonces, la gestión para la conservación ha sido un reto importante, en una zona amenazada por el crecimiento demográfico, la ganadería extensiva, la deforestación y la extracción ilegal de flora y fauna, entre otros problemas. Se puede enumerar un sinfín de conflictos y dificultades y hay muchos investigadores que se han dado a la tarea de detallarlos. Pero también hay buenas noticias, que pueden permitir que aún exista la esperanza. Se cuenta con ejemplos de experiencias de conservación de la biodiversidad, tal como lo exponen Luisa Paré y Helio García en su artículo “Reservas campesinas en la región de Los Tuxtlas y la Sierra de Santa Marta”, publicado por la Academia Nacional de Educación Ambiental (ANEA). Algunos casos de iniciativas locales de conservación se pueden encontrar en el ejido Benito Juárez, del municipio de Catemaco, que tiene un área de reserva de 25 hectáreas, donde opera una empresa de ecoturismo comunitario llamada Anolis, que promueve la educación ambiental. Otro caso es la reserva del Cerro Marinero, del ejido López Mateos, en el municipio de Catemaco, donde la comunidad tomó el acuerdo de conservar cien hectáreas de selva en las laderas del cerro, y también se promueve el ecoturismo como alternativa económica compatible con la conservación. De la misma manera, citan en el mismo artículo, en la comunidad de El Pescador, municipio de Pajapan, se elaboraron reglamentos con la participación de sus habitantes, para proteger el venado en sus acahuales, los cangrejos azules y el manglar de la desembocadura del río Huazuntlán. Por otro lado, las comunidades costeñas de esta región desde hace 22 años realizan actividades voluntarias para la conservación de cinco especies marinas que arriban a las playas tuxtlecas: carey, lora, laud, verde y caguama. Son seis campamentos tortugueros instalados en Los Tuxtlas: Punta Puntilla, Capulteolt, El Salado, Arrecifes, Zapotitlán y Peña Hermosa. En éstos, alrededor de 133 integrantes de los comités son acreditados y capacitados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y el equipo técnico de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas. En la región sur de Los Tuxtlas se ha organizado el Subcomité de Cuenca del río Huazuntlán, en el que participan 850 ejidatarios de 37 comunidades de los municipios de Soteapan, Mecayapan, Tatahuicapan y Pajapan. Este es un esfuerzo autónomo y participativo de conservación y restauración ambiental, impulsado y asesorado por Desarrollo Comunitario de Los Tuxtlas, AC. Su trabajo inició en 2004 restaurando vegetación ribereña, recuperando manantiales y elaborando el Programa de Restauración y Conservación de las cuencas del río Huazuntlán con una visión más integral del manejo de la cuenca. En 2005, el huracán Stan afectó arroyos y parcelas en comunidades de la sierra, esto acercó recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) que permitieron continuar con la protección de cuerpos de agua, e incorporar acciones de conservación de suelos y proyectos de producción agroforestal. En este tiempo se han incorporado cuatro mil 171 hectáreas al Programa de Restauración, y dos mil 500 al programa de Fondos Concurrentes de Servicios Ambientales (de la Comisión Nacional Forestal, Conafor, y del gobierno del estado). El Subcomité es actualmente organismo auxiliar del Consejo de Cuenca del río Coatzacoalcos. La Red de Monitores Comunitarios de Aves Huilotl Toxtlan, impulsada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) desde el 2010, es otra muestra del trabajo comprometido de las comunidades para conservar los seres emplumados de la región de Los Tuxtlas. Son 35 hombres y mujeres de 18 comunidades de los municipios de San Andrés Tuxtla, Catemaco, Soteapan, Tatahuicapan y Pajapan, que realizan recorridos de hasta tres kilómetros mensualmente para reportar la existencia de estos individuos voladores que tanto contribuyen al equilibrio de los ecosistemas. En el libro titulado Plumas de multitudes, en el capítulo tercero, se cuenta la historia del monitoreo de aves y la participación social en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, por compañeros comprometidos con esta causa: Maria Luciana Santos, Braulio Malaga y Martha Patricia Lozada Ronquillo. Existen proyectos incipientes que buscan mejores prácticas sustentables con la participación de las comunidades, como es el Proyecto para el Desarrollo de la Microcuenca Xoteapan, promovido por medio de una red de instituciones y organizaciones de orden público y privado, y que encabezan el ayuntamiento de San Andrés Tuxtla; la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales (Semarnat); el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de San Andrés Tuxtla; la Agencia de Desarrollo Rural PESA-FAO, y Gente Sustentable, AC. Esta experiencia ha puesto en manifiesto la importancia del enfoque de cuencas y el impacto colectivo para dar prioridad a las líneas estratégicas de acción y detonar procesos para el desarrollo sustentable en el mediano y largo plazos con la participación comprometida de los habitantes de la microcuenca. Otro esfuerzo importante de mencionar es el Proyecto de Conservación de Cuencas Costeras en el Contexto del Cambio Climático (C6), un trabajo colectivo impulsado por el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, AC, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), la Conafor y la Conanp, y operado por el Fondo Golfo de México, AC; se desarrolla en la parte sur de Los Tuxtlas con diferentes subproyectos en los municipios de Pajapan, Mecayapan, Soteapan y Tatahuicapan. Este es el tercer año de financiamiento para impulsar el desarrollo sustentable de las comunidades, con subproyectos de ganadería silvopastoril, milpa agrodiversa, manejo integral de solares, restauración de cuerpos de agua, entre otros, en los cuales el papel protagónico lo tienen los habitantes de cada región, que, con su participación informada, toman decisiones sobre sus prácticas hacia una cultura de conservación de sus recursos naturales. Las organizaciones de la sociedad civil que asesoran estos subproyectos son: Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable (Endesu), Sembrando Semilla Sagrada, Desarrollo Comunitario de Los Tuxtlas (Decotux), Gente Sustentable y la Sociedad Cooperativa Agua y Monte. Aún quedan muchas experiencias por contar, y siguen brotando iniciativas con fuerza y valor, todas con el objetivo de cuidar nuestra casa común para todos los seres que habitamos en ella. Sin duda, en cada caso, hay una buena dosis de tolerancia, solidaridad, generosidad, entusiasmo y creatividad, entre otras vitaminas para el trabajo en equipo, con estrategias construidas colaborativamente, y emprendidas con un alto compromiso social y ambiental. No dejo de lado las malas noticias, pero qué cosa fuera la maza sin cantera, diría Mercedes Sosa, y contestaría cantando Paty Ruiz Corzo: ¿quién dijo que todo está perdido?, ¡yo vengo a ofrecer mi corazón!
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