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La Permacultura como herramienta Antonio Carrillo Bolea Director de Estampa Verde, AC www.estampaverde.org Si tomamos el horizonte histórico de ocupación humana de la región de Los Tuxtlas, nos encontramos con que el deterioro ambiental en gran escala es relativamente reciente, con que las malas decisiones de manejo de los recursos naturales han sido principalmente impulsadas por políticas públicas equivocadas que le han impuesto al paisaje dinámicas contrarias a su vocación original y con el hecho de que hay un conflicto de identidad aún vigente entre los pobladores de la región. En la actualidad, la mayor parte del paisaje de Los Tuxtlas nos muestra un rostro dedicado a la ganadería extensiva, con algunos parches de monocultivo de maíz, tabaco y algunos frutales, mezclados con otros parches de tamaño variable de selva o cobertura forestal principalmente nativa. ¿Por qué en estos lomeríos tan accidentados se realizan prácticas ganaderas o agrícolas convencionales que destruyen la base de recursos de los que dependen? ¿Qué acaso la combinación de fuertes precipitaciones y pendientes pronunciadas no son una mezcla perfecta para detonar procesos agudos de degradación de suelos y pérdida de nutrientes? ¿Por qué, a pesar de los esfuerzos institucionales de impulsar una diversificación productiva, se siguen abriendo terrenos de agostadero para actividades agropecuarias? El árbol de problemas tiene sus raíces profundamente sumergidas en el suelo de la selva y sus ramificaciones se extienden en varias direcciones. No es fácil comprenderlo con un enfoque reduccionista, se necesita una visión holística para entender su complejidad y proponer soluciones apropiadas. El planteamiento de observación detallada, análisis holístico e intervención sistémica que brinda la permacultura hacen a ésta una herramienta muy efectiva para entender e impactar de manera positiva en la regeneración de la base de recursos naturales de la región y facilitar manejos inteligentes con miras hacia una sustentabilidad futura. La permacultura como ciencia de diseño tiene sus orígenes en Australia, pero ya es universal y no conoce fronteras. Se han establecido diferentes centros productivos y educativos en muchos ecosistemas del planeta y actualmente vive un momentum muy interesante dada la urgencia de intervenir y rediseñar nuestro sistema agroalimentario. En este sentido, en la región de Los Tuxtlas hemos estado trabajando en el desarrollo de una agenda para el contexto específico de esta Área Natural Protegida, donde se puedan aprovechar recursos muy importantes que muchas veces pasan desapercibidos o no son eficientemente aprovechados por las agencias gubernamentales u organizaciones de la sociedad civil que buscan tener un impacto positivo. Desde nuestra perspectiva, la sustentabilidad no es posible si no hay una regeneración previa de los recursos naturales; necesitamos trabajar para armar el rompecabezas ecosistémico con las piezas que tenemos y tratar de rescatar las más posibles. En este largo camino juegan un papel muy importante tanto el patrimonio natural como el cultural. No hay conservación ni sustentabilidad si detrás de las iniciativas no existen ciudadanos comprometidos en una mayordomía responsable de los recursos. En estos momentos nuestras energías se encuentran dirigidas al desarrollo de programas de capacitación que puedan resolver necesidades específicas de la población; nos enfocamos en los actores que más incidencia tienen sobre el paisaje de la selva de Los Tuxtlas: los ganaderos. Siempre vistos como los responsables de la mayor parte de la devastación ecológica, en buena medida esto fue así porque sobre todo en la década de los 70’s se estuvieron promoviendo, desde la esfera de políticas públicas federales, medidas productivistas enfocadas en hacer “rentables” los terrenos antes ocupados por selva nativa. Este enfoque, que consideraba a la selva como terreno ocioso que necesitaba ser transformado a través de la tumba, quema y conversión a pastizal o zona agrícola, fue el responsable del imaginario actual que sigue permeando a muchos productores, quienes continuamente gastan sus recursos en tratar de ganarle la batalla a la resiliencia selvática, buscando someter a la naturaleza para seguir estableciendo monocultivos de pastos. Nuestro enfoque está basado en el manejo holístico propuesto por Alan Savory, quien ha sacudido la discusión científica al sostener que el manejo adecuado del ganado puede ayudar a regenerar terrenos degradados. Lo más importante es lo que se encuentra previo a la introducción y el manejo del ganado: la definición de un contexto holístico que le permita definir al tomador de decisiones, en este caso, el ganadero en su parcela, cuál será la calidad de vida que busca para sí mismo y su familia, y cuál será la base de recursos que tiene que estar cuidando para asegurar que tendrá un paisaje futuro que sustente sus formas de producción, en balance con la naturaleza. Sólo partiendo de este punto es que podemos entonces proceder a diseñar módulos silvopastoriles con árboles intercalados en los potreros, bancos de forraje y zonas voluntariamente dedicadas a la regeneración y la conservación. Estas herramientas, junto con el diseño en Línea Clave (Keyline) y el diseño en Permacultura de los demás componentes de la finca o rancho, nos brindan elementos para poder trabajar desde el contexto único de cada individuo, ofreciendo soluciones posibles, realistas y escalables que se puedan implementar gradualmente y que generen utilidades, rompiendo así con el círculo vicioso de dependencia asistencial de los actuales programas gubernamentales. Creemos que con estas herramientas podremos empoderar a los ganaderos para que puedan tomar decisiones mejor informadas, ayudándoles a conocer plenamente las implicaciones que tienen sus actividades productivas, así como también las maneras en las cuales pueden trabajar en una versión más inteligente y mejor diseñada de la misma, en armonía y balance con la naturaleza.
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