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El papel del ecoturismo en la Christoph Neger Maestro en Desarrollo Regional Sustentable de la Universidad de Graz, Austria, y estudiante de Doctorado en el Posgrado en Geografía de la UNAM [email protected] Los Tuxtlas es una de las regiones más ricas en biodiversidad, en especies de plantas y animales, en todo México. Por muchos siglos los seres humanos convivieron en armonía con la naturaleza de esta área. En la segunda mitad del siglo XX, sin embargo, gran parte del patrimonio natural fue destruido. En el 1998 se decretó una reserva de la biosfera, un área natural protegida donde el objetivo es alcanzar nuevamente un estado armónico entre el desarrollo humano y la conservación del medio ambiente. Para lograr este fin, se han implementado diferentes estrategias para aprovechar los recursos naturales de una manera alternativa, más sensible y con menos impacto ambiental, por ejemplo mediante sistemas agroforestales o Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs). En este contexto, otra estrategia prometedora es el desarrollo del ecoturismo, un turismo donde el principal atractivo para el visitante son los paisajes naturales, la vegetación y la flora y fauna que se encuentran en el lugar. Aparte de eso, para que sea realmente ecoturismo, es importante que las actividades turísticas no dañen al medio ambiente, y que los mismos integrantes de los proyectos ecoturísticos trabajen en el pro de la conservación. Los Tuxtlas, con sus paisajes naturales espectaculares, tiene un alto potencial para atraer este tipo de turismo. Los proyectos pioneros se fundaron en la segunda mitad de los años 80’s, por parte de la iniciativa privada. Más tarde, junto con la declaración de la Reserva de la Biosfera, se formaron varias iniciativas de ecoturismo comunitario. En estas empresas comunitarias, al inicio, se invitó a toda la comunidad a participar, y las decisiones se tomaron de manera democrática entre todos los miembros. Junto con el auge del ecoturismo comunitario, también se fundaron nuevas iniciativas privadas. No obstante, en la actualidad el desarrollo del ecoturismo en la región se ha estancado, ya que se enfrenta con muchas dificultades. Durante la larga temporada de lluvias hay muy poca afluencia turística; además, el estado de las carreteras dificulta el acceso a los lugares donde se practica el ecoturismo; y sobre todo en los años recientes la situación de inseguridad que vive el estado de Veracruz ha causado una disminución del turismo en toda la zona de Los Tuxtlas. Por estas razones, los ingresos económicos derivados del ecoturismo, hasta ahora, han sido modestos. La única excepción es Nanciyaga, un proyecto de ecoturismo conocido a nivel nacional, que da empleo a 35 personas. En las otras empresas, el ecoturismo a menudo representa un ingreso adicional a las otras actividades económicas de las personas. No se debe olvidar en este contexto que el turismo tiene también efectos indirectos; los turistas compran artesanías de productores locales y consumen alimentos producidos en la región. A pesar de sus limitaciones, el ecoturismo también ha aportado beneficios importantes a la conservación de la naturaleza. La mayoría de los proyectos ecocturísticos tienen áreas de selva que protegen voluntariamente, y muchos de los integrantes participan en actividades relacionadas a la conservación, como la reforestación, la limpieza de playas, los campamentos tortugueros, el monitoreo de aves, la vigilancia ambiental, los proyectos de reintroducción de especies (por ejemplo la guacamaya roja), el establecimiento de UMAs, entre otras. El ecoturismo ha logrado concienciar a las personas acerca de la importancia de conservar el patrimonio natural y de la interdependencia de los seres humanos con la naturaleza. De esta manera, los proyectos de ecoturismo se pueden ver como comunidades de aprendizaje para el uso sustentable de los recursos naturales. En parte, esta consciencia y estos conocimientos ya se reparten también con los alumnos de escuelas de la región y de otras partes del país que vienen a visitar los lugares donde se practica el ecoturismo. Promover este turismo ecológico, por lo tanto, se ha vuelto uno de los pilares de la conservación ambiental en Los Tuxtlas. Sin embargo, existe todavía mucho potencial de mejorar su situación en la región y de esta manera también los beneficios ecológicos que conlleva. Por parte de las autoridades sería necesario mejorar las vías de acceso y trabajar en contra de la inseguridad que afecta a toda la sociedad, pero sobre todo al sector turístico. A las instituciones gubernamentales que apoyan el ecoturismo se les puede aconsejar coordinar sus esfuerzos y trabajar en una estrategia global y continua de desarrollo del ecoturismo. Finalmente, para las empresas ecoturísticas sería conveniente trabajar de manera cooperativa para posicionar la región como un destino ecoturístico. Actualmente existen dos desarrollos interesantes: por un lado, integrantes de diferentes grupos de ecoturismo están involucrados en un programa de monitoreo de aves con el nombre “Huilotl Toxtlan”, que coordina la administración de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas. Gracias a este programa, las personas involucradas ahora cuentan con la capacidad para recibir el turismo de observación de aves. Poco a poco están empezando a vender este producto a grupos de turistas. Por el otro lado, en diciembre del año pasado en el municipio de Catemaco se originó un movimiento llamado “Catemaco Somos Todos” que trata de reunir a todos los prestadores de servicios turísticos a trabajar en conjunto. Entre las personas más activas en este proceso están los integrantes de los proyectos ecoturísticos. Estos desarrollos y la creatividad y el compromiso de las personas involucradas dan esperanza de que el ecoturismo pronto pueda alcanzar el gran potencial que tiene para la región de Los Tuxtlas.
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