El corredor de Las Águilas, que va de Villa Verdún a Barranca del Muerto, en la delegación Álvaro Obregón, se ha convertido en una mina de oro para los desarrolladores inmobiliarios, que han comenzado a transformar las viejas casonas unifamiliares y sus amplios jardines en edificios de departamentos.

Al conjunto habitacional ubicado en Mina 74, que se encuentra clausurado por exceder los niveles permitidos, se suma el de la calle Luis Cune 48, donde se erigieron dos edificios de cinco pisos, cuando sólo se permiten tres.

Lo denunciamos hace dos años, cuando estaba en obra negra, y lo clausuraron, pero aún con sellos lo terminaron y ya comenzaron a habitarlo, señalaron integrantes de la asociación Vecinos del Corredor Las Águilas Unidos.

En Médanos y Doctor Alfonso Caso, el año pasado fueron derribadas dos casas dentro de un mismo predio, al igual que los árboles del jardín, sin que ninguna autoridad delegacional se diera por enterada.

En la actualidad ya comenzaron a levantar los cimientos y los castillos, sin exhibir la manifestación de obra, a lo que están obligados por ley los desarrolladores.

El auge inmobiliario en este corredor se inició en 2013, cuando al amparo de la norma 26 se intentó construir conjuntos habitacionales con una mayor densidad y más altura a la permitida, lo que se logró frenar en su momento, pero aún sin la aplicación de esa disposición continúa la proliferación de desarrollos que violan lo dispuesto en el plan de desarrollo urbano delegacional.