Berlín.

Amnistía Internacional (AI) registró el año pasado mil 31 ejecuciones en todo el mundo, un tercio menos que en 2015, mientras el número de sentencias de muerte aumentó más de la mitad al llegar a 3 mil 117, según el informe anual de la organización publicado este lunes.

AI no contabilizó las ejecuciones en China, porque el gobierno del gigante asiático trata la pena de muerte como secreto de Estado.

El 87 por ciento de las ejecuciones tuvo lugar en Irán (567), Arabia Saudita (154), Irak (88) y Pakistán (87).

Por primera vez desde 2006, Estados Unidos no se encuentra entre los cinco primeros de la lista. Ahí se reportaron 20 ejecuciones el año pasado, la cifra más baja desde 1991.

AI relaciona este resultado en Estados Unidos con los problemas que enfrenta para obtener las sustancias para las ejecuciones con inyección letal.

No obstante, el número de condenas a muerte en Estados Unidos también se redujo drásticamente. En 2016 sólo hubo 30 sentencias de este tipo en 13 estados, el mínimo desde 1977. A mediados de los 90 aún se dictaban más de 300 penas de muerte al año.

El aumento de sentencias de muerte a escala mundial se debió los países africanos. En Nigeria se triplicó la cifra, pero también en Camerún, Zambia y Somalia hubo una subida.

Nauru, de Oceanía, y el Estado africano de Benín abolieron la pena capital en 2016. Con ellos subió a 141 la cifra de los países sin pena de muerte, es decir, más de dos tercios de todas las naciones. Al mismo tiempo, el número de estados en los que se dictaron sentencias de muerte bajó de 61 a 55.