Las adolescentes mexicanas enfrentan los mismos riesgos si viven en Guanajuato o en la ciudad de Fresno, California, Estados Unidos, la diferencia es que aquí la posibilidad de que se embaracen es del doble por las dificultades de acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, así como a los métodos anticonceptivos.

En Estados Unidos, el mayor problema que afrontan son las amenazas del presidente Donald Trump de retirar el financiamiento a organizaciones civiles que ofrecen servicios médicos gratuitos a migrantes sin residencia.

Por razones diferentes, las adolescentes carecen de oportunidades para mejorar sus condiciones de vida. En México, las situaciones de pobreza y violencia existentes las limitan, mientras en Estados Unidos los obstáculos para ingresar a la escuela y el aislamiento social aumentan su vulnerabilidad frente a los fenómenos de adicciones y embarazos, afirmó Claire Brindis, directora del Instituto de Estudios de Políticas de Salud Philip R. Lee, de la Universidad de California.

La especialista estuvo la semana pasada de visita en México para participar en la 32 Reunión Anual del Instituto Nacional de Perinatología (Inper) Isidro Espinosa de los Reyes. Ahí presentó el trabajo de investigación que realiza en colaboración con esa institución entre mujeres menores de 19 años de edad.

Explicó que si bien los migrantes indocumentados están excluidos del programa de salud del ex presidente Barack Obama, el gobierno de Estados Unidos tiene mecanismos de financiamiento a organizaciones civiles y éstas, a su vez, emplean esos recursos para ofrecer atención clínica básica a las personas que entraron de manera indocumentada al país del norte.

Eso incluye los servicios de salud sexual y reproductiva, así como métodos anticonceptivos para adolescentes sin ninguna condición ni cuestionamiento sobre su situación migratoria. La preocupación de las agrupaciones civiles son las amenazas proferidas por Trump acerca de cortar ese financiamiento.

Eso, señaló la experta, pondría en riesgo los avances que se han tenido con la población hispana en California. Indicó que entre las jóvenes menores de 19 años que se convierten en madres, tres cuartas partes son mexicanas o hijas de mexicanos.

Con esas chicas lo que se ha observado, como parte de la investigación, es que están solas, en un entorno donde también hay violencia y consumo de drogas, aunque en menor medida respecto de las adolescentes que radican en Guanajuato.

Les afectan los obstáculos para continuar sus estudios, por lo que ven en la maternidad una alternativa de vida.

La investigación que llevan a cabo la Universidad de California y el Inper es de tipo cualitativo para conocer las experiencias de vida de las adolescentes y, en específico, de aquellas que están embarazadas o que ya son madres, en las dos ciudades.

El objetivo es determinar las acciones que se deben realizar para mejorar las condiciones de vida de ambas poblaciones. Para ello, se levanta una encuesta con 140 adolescentes (70 de Fresno y 70 de Guanajuato).

Brindis comentó que ya han detectado algunas deficiencias en los programas de organizaciones civiles, por ejemplo, que llegan a las comunidades de latinos en Estados Unidos para prevenir violencia y adicciones, pero no llevan el mensaje de la prevención de embarazos no deseados.

La disponibilidad de los servicios es buena, pero también se debe informar a las personas, resaltó.

En Fresno también hay dificultades económicas y el riesgo de que las adolescentes se embaracen aumenta cuando no les va bien en la escuela o si son víctimas de violencia.

La experta resaltó la necesidad de que se genere un sentido de responsabilidad social para apoyar a los jóvenes. De otra manera tendrá un precio para la sociedad, que de hecho ya lo está pagando, advirtió.