Caracas.

Con gas lacrimógeno, balas de goma y chorros de agua, los cuerpos de seguridad venezolanos reprimieron a decenas de miles de opositores que marcharon este jueves hacia la sede de la Defensoría del Pueblo en Caracas en rechazo al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y al gobierno del presidente Nicolás Maduro, quien reaccionó al señalar que el país está en paz, pese a pequeños focos violentos.

Al grito de ¡fuera dictador!, miles de personas desbordaron algunas avenidas de Caracas. La manifestación, la más numerosa de la semana, se reprodujo en otras ciudades del interior del país, como Maracaibo y Puerto Ordaz.

El choque entre manifestantes y cuerpos de seguridad se inició cuando la Guardia Nacional y la Policía Nacional cerraron el paso a los opositores, quienes devolvían a los uniformados las granadas, además de que les lanzaban piedras y otros objetos. El saldo fue de 19 heridos y 21 detenidos, según el alcalde del municipio capitalino de Chacao, Ramón Muchacho.

Los opositores pretendían llegar a la sede de la Defensoría del Pueblo para pedir apoyo en la apertura del proceso de destitución –que impulsa la Asamblea Nacional– de siete magistrados que la semana pasada emitieron dos fallos que permitieron que la corte asumiera brevemente los poderes del Congreso, además de reitrar la inmunidad a los diputados.

No obstante, los organismos de control de Venezuela, agrupados en el Consejo Moral, rechazaron la posibilidad de abrir un proceso para destituir a los magistrados. También desestimaron una solicitud para declarar que los jueces cometieron una falta grave al asumir las competencias legislativas, declaró el defensor del pueblo, Tarek William Saab.

Éste era un requisito para que el Congreso, de mayoría opositora, votara la destitución de los jueces.

En respuesta a la acción opositora, varios miles de empleados públicos y seguidores del gobierno marcharon por el centro de Caracas para protestar contra el golpe parlamentario que quiere dar el Congreso en su cruzada contra el TSJ.

Ahí están desesperados, dijo el líder del oficialismo, el diputado Diosdado Cabello, ante la multitud. Cada vez que la derecha diga que se va a movilizar, nosotros vamos a salir a la calle a defender a la revolución bolivariana, agregó.

En su programa de televisión difundió la grabación de una supuesta conversación telefónica entre un agente encubierto y el dirigente socialcristiano Eduardo Vetancourt, en la que hablan de planes desestabilizadores para marzo y abril.

El complot contaría con el apoyo de representantes del Departamento de Estado de Estados Unidos. Vetancourt fue detenido el 31 de marzo acusado de los delitos de traición a la patria e instigación a la rebelión.

Pese a las protestas, Maduro sostuvo que Venezuela está en paz, produciendo y trabajando. Agregó que pequeños focos violentos fueron neutralizados y no lograron su objetivo: llenar de violencia a Caracas.”

En tanto, el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, pidió a los gobiernos del continente aumentar la presión para que Maduro convoque a elecciones generales este año, incluso con la suspensión del país de la Organización de Estados Americanos (OEA) si es necesario. Tras reunirse con el secretario general del organismo, Luis Almagro, aclaró que la oposición no pide una intervención extranjera.