La Brecha de Guerrero es punto especial de vigilancia
Jueves 6 de abril de 2017, p. 35
Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de instituciones de investigación de Japón trabajan en un proyecto que cuantificará el peligro asociado a terremotos y tsunamis en el Pacífico, a fin de delinear estrategias de prevención.
Ayer, en una conferencia en el Instituto de Geofísica de la UNAM, los científicos detallaron que se pone énfasis en la observación de la Brecha de Guerrero –que va de Acapulco a Papanoa–, donde desde hace más de 100 años no han ocurrido sismos mayores a 7 grados.
Esto ha originado gran acumulación de energía, y de originarse un terremoto de gran magnitud, los efectos en Ciudad de México podrían ser devastadores, es decir, entre dos y tres veces más intensos que los de 1985, según estimaciones de algunos científicos.
Mediante el proyecto Evaluación del peligro asociado a grandes terremotos y tsunamis en la costa del Pacífico mexicano para la mitigación de desastres se instalará, por primera vez en México, una red sismogeodésica en tierra y mar.
El responsable de esta iniciativa en México, Víctor Manuel Cruz Atienza, investigador del instituto de la UNAM, indicó que uno de los objetivos es emprender un gran esfuerzo de instrumentación
en la Brecha de Guerrero.
El objetivo, dijo, es que a partir de los estudios de esa red de observación se generen modelos computacionales de terremotos y tsunamis para cuantificar el peligro asociado.
Además, con base en mapas, se evaluará el riesgo que suponen otros elementos, como la exposición y vulnerabilidad de asentamientos en la costa, y también se diseñarán planes educativos y para hacer consciente a la población, con el fin de mejorar las medidas preventivas.
La colaboración entre las instituciones japonesas y la mexicana comenzó hace un año, y busca mitigar los riesgos por dichos fenómenos. Los trabajos concluirán en marzo de 2021.
El especialista, acompañado de Vala Hjörleifsdóttir –otro integrante del instituto–, expresó que junto a la Brecha de Guerrero hay otro segmento de tierra, de Acapulco hacia el sur, donde desde hace 60 años tampoco se registra un sismo de gran magnitud. Mencionaron que ahí se dio el epicentro del temblor de 1957 que derrumbó el Ángel de la Independencia. La zona comienza a ser potencialmente peligrosa
, comentaron.
La meta es generar información de calidad y alta precisión, en mapas que documenten el Atlas nacional de riesgos por fenómenos naturales, para que la utilicen instancias de protección civil.