Sociedad y Justicia
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Padres deben acudir al médico de inmediato ante estos signos

Si el bebé no señala o no mira a quien le habla, puede ser autista
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de abril de 2017, p. 37

Madrid.

No señalar o no mirar a quien le habla cuando entre los nuevey 16 meses de edad son algunas señales propias del autismo, que deben alertar a los padres para acudir a un especialista, según ha informado la sicóloga del CAIT San Rafael de Granada, Raquel Carrillo de Albornoz, con motivo de la celebración del Día Mundial de la enfermedad.

Y es que, aunque este trastorno no tiene cura, cuando se diagnostica y se trata en edad temprana la respuesta es muy favorable.

Entre los nueve y los 16 meses, los bebés utilizan su dedo índice para señalar e indicar que algo le causa sorpresa o le llama la atención, como un perro durante un paseo en la calle o para solicitar algo que desean. Cuando señalan el agua es porque tienen sed. Pero los niños con autismo no desarrollan el señalado o lo hacen muy tardíamente, por lo que las personas que están en contacto con un bebé así deben tomarlo como indicador de alarma, explicó.

Asimismo, dijo, los niños que no responden orientándose hacia la persona o verbalmente cuando se les llama, pero que, sin embargo, al escuchar la sintonía de los dibujos animados que les gustan sí reaccionan y prestan atención, podrían presentar la sordera paradójica; es decir, no tienen ningún problema auditivo, podrían ser autistas.

“De los 15 a los 18 meses también son signos de alerta que el niño deje de decir palabras como ‘mamá’ o ‘papá’, o ya no sonría. La desconexión con el mundo que le rodea no debe ser interpretada por los adultos del entorno como falta de interés del niño, sino como un signo de alerta a consultar con especialistas”, explicó.

Ninguno de estos signos por sí mismos, presentados en solitario, son indicadores de la presencia del trastorno, pero sí deben alertar a las familias de que algo podría estar pasando y acudir al pediatra de atención primaria para la derivación del menor al servicio especializado, en caso necesario.

En torno al autismo aún existen creencias falsas o distorsionadas. Una de éstas es que las personas que padecen autismo no son cariñosas. Pero no es cierto, explica la sicóloga, ya que, aunque los autistas perciben el mundo y los estímulos sociales de manera distinta, esto no impide su expresión de afecto, alegría, enfado o tristeza.

Son las expresiones emocionales asociadas a aspectos más sociales y dependientes de la cognición social, como la sorpresa, con las que los niños con autismo tienen mayor dificultad, indicó.

Otra de las creencias es que las personas con autismo no pueden hablar o comunicarse. Pero si se diagnostica de forma temprana se puede conseguir el desarrollo del lenguaje oral, el cual será más o menos elaborado dependiendo del nivel de afectación del menor.