Tener más de 120 latidos del corazón por minuto y en forma desordenada indica la presencia de una arritmia cardiaca (fibrilación auricular), que puede estar asociada con diabetes e hipertensión en personas mayores de 50 años de edad, pero también en jóvenes que hacen ejercicio físico vigoroso durante más de cuatro horas a la semana.

Esta enfermedad es la primera causa de atención en las áreas de urgencias de los hospitales, afirmó Gerardo Rodríguez Diez, médico adscrito a la Unidad de Arritmias del Centro Médico Nacional (CMN) 20 de Noviembre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).

Puntualizó que 25 por ciento de individuos mayores de 50 años de edad desarrollará fibrilación auricular, sobre todo aquellos que también tienen niveles elevados de glucosa y presión arterial. Recordó que, en México, 30 por ciento de mayores de 18 años son hipertensos.

Para mayor evidencia, comentó que entre los pacientes con fibrilación auricular 60 por ciento también tienen hipertensión arterial.

El especialista participó ayer en una conferencia de prensa en la que parte del equipo de cardiólogos del CMN 20 de Noviembre comentó sobre los procedimientos clínicos y tecnologías disponibles para el manejo de las enfermedades cardíacas, como la fibrilación auricular, la cual se puede corregir mediante un procedimiento novedoso de crioablación que corrige la falla en la aurícula izquierda del órgano.

En México se han realizado 300 intervenciones de ese tipo, de las cuales 150 han tenido lugar en el CMN 20 de Noviembre.

Señaló que el padecimiento aumenta cinco veces el riesgo de que la persona presente una embolia y se duplica el riesgo de muerte.

De acuerdo con información de 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al año se registran 650 mil decesos en el país, de los cuales 128 mil se debieron a enfermedades cardiovasculares; de éstos, 20 por ciento –alrededor de 24 mil– fueron personas que tuvieron muerte súbita.

El cardiólogo Martín Ortiz Ávalos explicó que la llamada muerte súbita se origina por un infarto al miocardio repentino, por alguna lesión que no se identificó de manera oportuna.

Lo relevante es que se puede prevenir con la colocación de un marcapasos especial o desfibrilador, que mantiene una vigilancia permanente sobre el funcionamiento cardiaco.