El Estado mexicano tiene políticas tibias respecto a la conciliación entre la vida laboral y la personal, señaló el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), durante la presentación de su informe Horas hábiles, en el que fundamenta pendientes del gobierno en esta materia, como la necesidad de plena igualdad entre hombres y mujeres frente a la doble exigencia de cumplir con labores del hogar y profesionales.

México no ha ratificado los convenios 156 y 183 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que consignan la obligación de los estados miembros de crear políticas que permitan que las personas con responsabilidades familiares que desempeñen o deseen desempeñar un empleo ejerzan su derecho a hacerlo sin ser objeto de discriminación y sin que signifique un conflicto entre sus dos responsabilidades, advierte.

De igual manera, señala, permanecen incongruencias, como que se ratificó el Convenio 100 de la OIT, que obliga a garantizar la igualdad de remuneración, pero en la norma mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 la paridad salarial es un requisito no crítico, o no indispensable, para obtener la certificación de igualdad laboral y no discriminación.

En el informe del GIRE también se destaca que en el caso de mujeres afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social, dos de cada tres trabajadoras que se convierten en madres abandonan su empleo o las cesan, pues del número de aseguradas en 2015, sólo la tercera parte continuaba en el registro en el primer trimestre de 2016.

Menciona que entre los pendientes que tiene México en la materia están que las abuelas dejen de cuidar a 51 por ciento de los menores de seis años hijos de trabajadores que no cuentan con servicio de estancia infantil, o que las licencias de maternidad sean de 14 semanas, como señala la OIT.