Lunes 27 de marzo de 2017, p. 28
Berlín.
La canciller alemana Angela Merkel consiguió frenar este domingo el empuje de los socialdemócratas (SPD) que avanzaban en las encuestas después de que su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), se impuso con claridad en los comicios regionales del Sarre al lograr 40.7 por ciento de los votos.
En un año en el que la mandataria aspira a revalidar por tercera vez consecutiva su poder a nivel estatal en las elecciones generales de septiembre, esta victoria le permite encarar con confianza la campaña electoral y desinflar la euforia que en las últimas semanas acompañaba a su principal rival en la carrera a la cancillería, el socialdemócrata Martin Schulz.
Es un buen día para el Sarre y día bonito para la CDU
, señaló el secretario general de la formación conservadora, Peter Tauber, desde Berlín.
No en vano, el partido que lidera Merkel no solo consigue resistir como la fuerza política más votada en la región, sino que incluso mejora en cinco puntos porcentuales los resultados cosechados hace cinco años.
Con estas cifras, el SPD confirma que, por el momento, el llamado Efecto Schulz
es tan solo una ilusión y ve truncadas sus esperanzas de poner en aprietos a Angela Merkel, a tan solo seis meses de la gran cita electoral.
El 29.6 por ciento de los votos logrados, casi cuatro puntos menos que en las anteriores elecciones, frustra la resurrección de los socialdemócratas, que desde enero habían logrado generar ilusión entre sus militantes y alcanzar altas cotas de popularidad de la mano del ex presidente del Parlamento Europeo.
No hemos logrado nuestro objetivo. Para nosotros hoy no es un buena tarde. Para mí desde luego que no. Yo esperaba que estuviésemos igualados, incluso que nos situáramos por delante
, señaló Schulz, al reconocer abiertamente el revés sufrido por su partido, una vez publicados los primeros resultados.
El SPD no tendrá más opción que seguir siendo socio minoritario de una coalición dirigida con más firmeza por la CDU y su jefa local, Annegret Kramp-Karrenbauer, apodada la Merkel del Sarre
y que la canciller considera, según la prensa alemana, como su sucesora.
Las encuestas dadas a conocer por todos los institutos demoscópicos del país en las últimas semanas confirmaban una tendencia al alza del candidato socialdemócrata, a quien veían incluso capaz de desbancar a una Angela Merkel que gobierna Alemania ininterrumpidamente desde 2005.
Los comicios celebrados este domingo, que marcan el inicio del superaño electoral
que culminará el 24 de septiembre con las elecciones generales, también han puesto de manifiesto que los populistas de derechas Alternativa para Alemania (AfD) siguen en buena forma, pues logran entrar en su undécimo Parlamento regional en poco más de tres años al sumar 6.2 por ciento de los apoyos.
Los resultados logrados en el Sarre no son representativos pero como partido estamos orgullosos
, declaró la líder del partido populista, Frauke Petry, en la televisión pública alemana.
El nivel de apoyo logrado en el Sarre, no obstante, dista de las apabullantes cifras logradas en comicios regionales anteriores, donde AfD logró incluso imponerse como segunda fuerza política a partidos tradicionales y sus cotas de apoyo fueron superiores al 24 por ciento, en un momento en el que a Alemania llegaron cerca de un millón de refugiados.
Se confirma así que en esta región de firme vocación europeísta y que perteneció un tiempo a Francia, el discurso del cierre de fronteras que defiende AfD en el marco de sus críticas a la gestión de Angela Merkel de la crisis migratoria no cala tan hondo como a nivel nacional.
Por lo demás, la formación poscomunista La Izquierda lograría en el Sarre 12.9 por ciento de los votos, casi cuatro puntos porcentuales menos que en los comicios de 2012. Fuera de la cámara regional se quedarían, según las primeras proyecciones, tanto el partido Los Verdes como los liberales del FDP.
Ante estos datos, parece posible que el Sarre siga estando gobernado por una gran coalición liderada por la CDU y con el SPD como socio menor, la misma fórmula con la que Merkel gobierna como canciller a nivel nacional.
Las elecciones regionales de este domingo, las primeras de las tres que se van a celebrar antes de las generales del mes de septiembre, le permiten a Merkel tomar aire. La mandataria tiene presente que, en sus casi doce años de gestión al frente del Ejecutivo, su partido ha perdido el poder en seis estados federados y ocupa la jefatura de gobierno en solo cuatro.
Durante mucho tiempo, los democristianos contrarrestaron su debilidad a nivel comunal y regional con la popularidad de la canciller, y Merkel quiere continuar siendo un activo para su partido, sobre todo después de que su gestión de la crisis de refugiados le sirviese para levantar ampollas en sus propias filas.