Se requieren más recursos y ayudarlos en EU, afirma el ex canciller
Miércoles 22 de marzo de 2017, p. 14
Luis Ernesto Derbez, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en el gobierno de Vicente Fox, destacó ayer en el Senado que si el gobierno mexicano quiere defender a los connacionales que se encuentran radicando sin documentos en Estados Unidos, se requiere “reasignar recursos. Ahí se verá la prioridad del Estado mexicano.
Si tenemos 50 consulados y les vamos a dar mil millones de pesos, es irrisorio para las necesidades que van a afrontar; se requiere otorgarles entre 5 mil y 10 mil millones. Necesitamos contratar abogados estadunidenses para que defiendan a los mexicanos allá. La política que ha seguido el gobierno es equivocada
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Al participar en el foro México-Estados Unidos, organizado por el Instituto Belisario Domíguez (IBD) del Senado, Derbez subrayó su preocupación porque los mexicanos sin papeles “requieren apoyo, pero allá, en Estados Unidos, no aquí. Se debe nombrar en embajadas y consulados a personalidades de carrera; no deben ser retribuciones a políticos. Se requiere contratar abogados allá, no de organizaciones civiles, sino profesionales a quienes se les pague por defender a los dreamers, a los trabajadores mexicanos y a todos los connacionales”.
El ex canciller defendió la política exterior de Vicente Fox, que luego Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto abandonaron
, acusó.
En tanto, la embajadora Olga Pellicer subrayó que la política exterior de este gobierno es errática. Ha sido secundaria, no prioritaria, y refleja descuidos
.Derbez vio en la relación con Estados Unidos que los factores para defender al país de los ataques de Donald Trump eran los empresarios, los trabajadores mexicanos allá; la importancia que le dio el gobierno fue descuidada y lo vio en términos de relaciones comerciales
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Pellicer detalló que cuando José Antonio Meade fue canciller consideraba que al gobierno no le tocaba definir la política exterior, sino que lo iba a hacer la fuerza del mercado; el gobierno jugó un papel secundario, que se acentuó con Enrique Peña, porque la defensa de los migrantes no era su tema: le importaban las reformas estructurales
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