Sábado 18 de marzo de 2017, p. a16
La aparición inminente del nuevo disco de Bob Dylan, el 31 de marzo, arroja luz sobre uno de sus trabajos anteriores, cuyos efectos, en su momento insospechados, ahora resultan imponentes.
Me refiero al disco Together Through Life (Juntos en la vida), de 2009, recibido de manera agridulce por los expertos: inconsistente, nostálgico, vacuo, fueron algunos de los epítetos vertidos en tinta, producto del desconcierto frente a lo inmediato.
Bob Dylan es tan definitivo que nos obliga a volver la mirada a esa obra suya que, ahora nos percatamos, resulta el anuncio de su siguiente paso, el que está dando en este momento.
Pertenece a la naturaleza de un genio la capacidad de desconcertar, de no ser comprendido en su momento, dado que su amplitud de miras no tiene límite. Hay autores que ya no están físicamente hace mucho tiempo y su obra permanece incomprendida. Anton Bruckner es solamente un ejemplo. Otro: William Lawes.
Por cierto, el Disquero se ocupó de este genio, William Lawes, muy recientemente. He aquí el vínculo hacia esa reseña:
El propio Disquero se ocupó, en el momento en que salió a la luz el disco que ahora de nuevo nos convoca, Together Through Life (que de hecho traduje
de manera diferente, casi literalmente), de reseñar ese disco, y esto fue lo que dije entonces:
A la luz del otorgamiento del Premio Nobel de Literatura a Robert Zimmerman, y de que él completó una trilogía después de que publicó Together Through Life, y ahora anuncia una nueva trilogía, todo queda claro y al descubierto: estamos frente a un proyecto descomunal, que ahora cobra cuerpo.
De hecho, desde su primer disco, en 1962, Bob Dylan ya tenía claro que lo suyo es la recuperación/actualización/revitalización de la gran cultura lírica estadunidense. En aquel disco, titulado simplemente Bob Dylan, hay 13 tesoros, de los cuales sólo dos son de la autoría de Dylan y el resto canciones clásicas, en especial blues y gospel.
Queda más que nunca claro también, el veredicto de la Academia Sueca: se otorga el Premio Nobel de Literatura 2016 a Bob Dylan por ser creador de nuevas expresiones poéticas en la gran tradición de la canción en Estados Unidos
.
El punto de partida de la acción definitiva que está tomando Bob Dylan al respecto, está precisamente en el disco Together Through Life, y es la razón por la que volvemos a esa obra:
Se trata de un disco preñado de poesía. La más sencilla, por tanto, la más efectiva, envuelta en capullos.
De este talante es su vuelo:
There’s a moment when
All old things become new
again
But that moment might have
come and gone
All I have and all I know
Is this dream of you which
keeps me living on
I look away but I keep seeing it
I don’t want to believe
But I keep believing it
Shadows dance upon the wall
Shadows that seem to know it all
Am I too blind to see
Is my heart playing tricks on
me?
I’m lost in the crowd, all my
tears are gone
All I have and all I know
Is this dream of you which
keeps me living on
Everything I touch
Seems to disappear
Everywhere I turn, you are
always here
I’ll run this race until my earthly death
I’ll defend this place with my
dying breath
From a cheerless room
In a curtain gloom, I saw a
star from Heaven fall
I turned and looked again but
it was gone
All I have and all I know
Is this dream of you which
keeps me living on
Versos como Everywhere I turn around, you are always here y palabras como dream, love, life, pueblan la obra entera de este hombre enamorado de la vida. En una reseña anterior hice un juego de palabras con el título de un filme, para dar a entender el sentido de la obra magna de Robert Zimmerman, que está en acción: Dylan in love.
El track siete del disco Toge-ther Through Life se titula precisamente This Dream of You y a esa obra pertenecen los versos arriba transcritos (soñar contigo es lo que me mantiene vivo
). David Hidalgo, líder del grupo de excelencia Los Lobos, mece en sus brazos melopeas que nacen de su acordeón. Es, a todas luces, una canción profundamente mexicana.
This dream of you es una hermosa canción de amor. Cantilada, entonada, decantada, encantada, dicha de una manera única y hermosa, adjetivo este último que pocos se atreverían a admitir para la voz nasal, gangosa, voz de ganso, balar de cordero extraviado en la campiña, mugir de ciervo que le canta a la luna a medianoche, voz de foca con gripa, tronido de relámpagos, raspar de rocas que arrastra el río. La voz de Bob Dylan es la respuesta que siempre ondea en el viento: su manera de DECIR convierte cualquier verso en una obra de arte.
Porque el secreto, que está en el aire, vive en las inflexiones de esa voz, en las arrugas de sus notas desafinadas, en sus dejos de falseto, en su lamento irónico. Eso, el sentido de la ironía en Bob Dylan es algo tan exquisito que puede ser capaz de decir el piropo más hermoso con una sonrisa húmeda y vertical: you are as whorish as ever, baby, you could start a fire
, y con ese verso besar el cuello de su amada y entrepiernar con ternura los suspiros.
Bob Dylan, maestro de la ironía, inmortal en la historia de la música y la literatura.
Bob Dylan, y esto no es noticia, SIEMPRE cumple su papel de juglar, aeda, cronista de su momento. En su disco, cuyos argumentos para volver a él espero estén cumplidos, Together Through Life, late el pulso político de 1969 y como la historia es cíclica, ahora cobra nueva vida: politicians telling lies
, I feel a change coming on
, y el verso magistral que lo describe, un magno autorretrato, en la pieza titulada precisamente I feel a Change Coming On”: “I’m listening to Billy Joe Shaver/ and I’reading James Joyce/ some people tell me/ I have the blood of the land in my voice”.
Y con eso confirma lo que era evidente: James Joyce es una de las grandes influencias en Bob Dylan. Otra de ellas es William Shakespeare; ¿alguna prueba de esto? Ahí va: uno de sus discos recientes se titula Tempest; pero la evidencia más rotunda es el poder que imprime en cada verso, en cada nota, en todas y cada una de sus palabras, y siempre es música y es literatura, concentradas en su muy peculiar manera de cantar, de decir, porque su voz es la de un poeta.
La voz de Bob Dylan: la verdad desnuda, la poesía más delicada, las notas más hirsutas y fuera de tono, la sencillez brutal de la poesía.
He ahí la estrategia del poeta.