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Feria y Diálogo para celebrar Dorian Freani y Catherine Marielle Grupo de Estudios Ambientales Del 30 de noviembre al uno de diciembre de 2016, en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, en la Ciudad de México, ocurrió un evento inédito: la primera Feria de la Diversidad Biocultural.Su carácter innovador y su pertinencia radicaron en primer lugar en la muy amplia y diversificada colaboración de personas, comunidades indígenas y campesinas, organizaciones de la sociedad civil y académicos que la co-organizaron, junto con el Museo, y que conforman la Caravana de la Diversidad Biocultural. Esta Caravana emprendió su recorrido colectivo hace más de un año con el propósito de fortalecer otro modelo y otra visión de la diversidad biológica y cultural, que sea incluyente y que valore y visibilice las prácticas agroecológicas de las comunidades y los pueblos indígenas, la protección de los centros de origen y diversidad, el manejo de la tierra, los conocimientos tradicionales y por ende la riqueza biocultural. En firme oposición a la mercantilización de la naturaleza y despojo de los bienes comunes, la Feria se celebró en la víspera de las negociaciones intergubernamentales de la Décimo Tercera Reunión de la Conferencia de las Partes (COP 13) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) –que tuvo lugar en diciembre de 2016 en Cancún– y nos invita a tejer otro camino junt@s. Otro aspecto novedoso de la Feria residió en que se divulgó no sólo vía los métodos clásicos de información, sino también por medio de las artes, con la mezcla de arte popular y contemporáneo. La celebración de la Diversidad Biocultural entre los bellos muros del patio del Museo, ornado por una ofrenda colorida, fue el escenario de una convergencia entre militancia, academia y expresión artística.
Los conversatorios se animaron con la participación de académic@s especialistas en “Patrimonio biocultural de nuestro país”, “Amenazas y experiencias sobre diversidad biocultural” y “La economía verde por dentro: promesas y trampas”. Las artes se expresaron con la exposición “¡Cultivamos un mundo diverso!”, que evidencia los ocho centros de origen y diversidad de las principales plantas alimenticias del mundo, junto con sus peculiaridades culturales; una ofrenda resplandeciente; el ritual de danza In Cuicatl InXochitl; la obra de teatro Ofrenda 4; el performance Tiempo sin rostro, y un concierto de son y zapateado a modo de cierre. El Diálogo Indígena y Campesino sobre la Diversidad Biocultural constituyó el núcleo y la razón de ser del evento. El compromiso colectivo logró reunir a un centenar de compañer@s de pueblos originarios y comunidades campesinas, procedentes de los estados de Sonora, Jalisco, Michoacán, Estado de México, Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Chiapas, así como de Guatemala, Ecuador, Perú, Chile y Estados Unidos. La meta anunciada al abrirse el Diálogo fue: “coincidir en una posición nacional, un pronunciamiento, para dar a conocer esa palabra en el espacio de Cancún y, más allá de eso, definir las siguientes etapas de lucha de nuestro frente común”.Para ello, se destacaron tres momentos claves en la dinámica, marcados por preguntas generadoras:
Los grupos de reflexión compartieron sucesivamente el fruto de su trabajo frente a la atenta audiencia. Podemos apreciar la riqueza de los análisis y la amplitud de las problemáticas señaladas en el Pronunciamiento del Diálogo Indígena y Campesino. Las propuestas y compromisos definidos, de gran pertinencia, fueron agrupados en cinco grandes ejes: “Fortalecimiento de la identidad, Consolidación de la organización y la autonomía, En lo político, Para el manejo comunitario de los territorios y Para compartir la información”, con una decena de acciones concretas cada uno. La riqueza producida en esa jornada dio lugar al Pronunciamiento que se revisó y aprobó en plenaria al otro día, y se presentó en una conferencia de prensa. Este encuentro marcó una gran etapa en el recorrido de la Caravana, fue un éxito, con gran satisfacción para tod@s, público incluido… ¡el Museo registró una afluencia récord en años! El mensaje político, con respaldo de la academia, trascendido por la estética del arte y de la artesanía, dio luz a un contenido rico y diverso, mucho más real y palpable, vivo y vívido, que el público supo apreciar. Esta experiencia abrió nuevas etapas en la lucha contra la hegemonía ideológica neoliberal y sus efectos nefastos y servirá de motor para enfrentar los retos pendientes. ¡Seguiremos defendiendo nuestro patrimonio biocultural!
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