El bajista de Pink Floyd fue invitado a la presentación en Montreal
Lunes 13 de marzo de 2017, p. a13
Montreal.
En su primera adaptación mundial, la ópera The Wall, de Pink Floyd, obtuvo un gran éxito la noche del sábado en su estreno en Montreal, donde esta idea nació hace unos 40 años en la imaginación de Roger Waters.
De pie, la multitud aplaudió varios minutos al bajista y alma del grupo Pink Floyd, invitado por los cantantes y coristas a subir al escenario para saludar al término de la función de Another Brick In The Wall (Otro ladrillo en la pared).
Para la obra original de The Wall todo comenzó en 1977, cuando Roger Waters lanzó un escupitajo sobre un seguidor en el estadio olímpico de Montreal al término del concierto que cerró la larga gira In the Flesh.
Agotado y deprimido, Waters sacó de este episodio la trama para una ópera-rock, que se estrenó en 1979 y la cual escribió casi en su totalidad, aunque el guitarrista David Gilmour contribuyó ampliamente al éxito del álbum doble, el más vendido del mundo.
En The Wall, el músico se vuelca a la introspección de su malestar. En su modo de ver, Pink, el protagonista, se encierra y aísla, sobreprotegido por su madre después de la muerte del padre en la guerra, engañado por su esposa y los rodeos propios de las estrellas de rock.
Con ese muro metafórico, ilustrado con un decorado sobrio, pero lleno de efectos de video, el espectador es devuelto rápidamente a la realidad geopolítica. En todo el mundo, los muros son erigidos para, muy a menudo, detener a los migrantes en su búsqueda de consuelo tras la desesperanza. Como Pink en The Wall.
Waters también está dispuesto a llevar a la frontera entre Estados Unidos y México, donde el presidente Donald Trump quiere construir un muro, el musical The Wall.
El compositor Julien Bilodeau, apenas mayor que la obra de Pink Floyd, rescribió una composición sin apartarse del espíritu del rock y que logró plantear una ópera sin desencantar a los numerosos seguidores de Roger Waters.
Dominic Champagne dirigió la puesta en escena de este clásico de la música de los años 1980, en la que unos 60 coristas-actores ilustran el infierno del encierro.
El barítono Etienne Dupuis interpretó a Pink.
A las siete funciones previstas inicialmente por la ópera de Montreal se sumaron otras tres, y los organizadores comenzaron los contactos para llevar el espectáculo a otras escenarios de Norteamérica antes de cruzar el Atlántico.