Múltiples expresiones que giran en torno a la gráfica tradicional destacan en la exposición HR- Huella: repetición e inversión en diez prácticas artísticas contemporáneas, que mañana concluye en el Museo Nacional de la Estampa (Munae).

Durante un recorrido, la noche del pasado miércoles, por las salas de ese recinto ubicado en el Centro Histórico, Laura Valencia, Ernesto Alva y José Porras describieron las características de sus respectivos proyectos que articulan –entre otros siete– la muestra con la curaduría de Juan Bautista Peiró.

La modernidad artística mexicana durante el siglo XX no se entiende sin el aporte sustancial del muralismo y la gráfica. Ambos tuvieron una dimensión política y pública característica, que retomo y subrayo en esta exposición. Huella, repetición e inversión son los tres conceptos fundamentales para aproximarse al grabado y al arte gráfico, escribió Bautista Peiró en una de lo textos de la muestra.

Esa obra gráfica, prosiguió, “es el resultado de una sucesión de inversiones que operan en niveles profundos, más allá de la superficie de la placa y del soporte. En la matriz, el material que se talla, incide, muerde, erosiona, unas veces termina siendo el blanco del papel y otras el negro de líneas, de manchas y de texturas.

Por si esto fuera poco, el grabado encierra una dualidad conceptual de larga tradición en nuestra cultura y especialmente relevante en las artes visuales: el binomio entre único y múltiple, entre original y copia.

Involucran al público

En HR-Huella: repetición e inversión... se exploran los límites para mostrar los territorios colindantes de la gráfica. Por ejemplo, se detalla en el recorrido, “el concepto de inversión está presente en la práctica incisiva de Darío Ramírez, se desintegra en las maquetas irónicas de Mónica Contreras, resuena en las variaciones ópticas de Ernesto Alva y golpea en las dramáticas oposiciones de Mazatl.

La huella se desborda en las obras de Jaime Ruiz Otis, se desvanece en el video de Laura Valencia y toma cuerpo de serialidad en el caso de Ana Santos y hace cartel y calle en la obra de Stinkfish.

Con estas obras, explicó Santiago Pérez Garci, director del museo, observamos cómo se encuentra el estado de salud de la gráfica contemporánea, es decir, vemos qué se está haciendo, cómo se genera; consideramos el velo crítico existente en la producción tradicional, así como cuáles son los puntos de tensión entre lo tradicional y lo contemporáneo.

La muestra, organizada en torno a la celebración por los 30 años del Museo Nacional de la Estampa, prosiguió Pérez Garci, propició la oportunidad de seleccionar una decena de artistas de menos de 40 años, cuyas propuestas son representativas de la complejidad y diversidad del arte gráfico actual.

Además, dijo el funcionario, involucramos al público y a los artistas con la visión enriquecedora de la posición curatorial; se develó lo que piensan los creadores al ponerlos en diálogo y resonancia con lo que impacta y, el recinto, con estos elementos reitera su objetivo vocacional de difundir la producción contemporánea de la gráfica, el grabado y la estampa.

El Munae se ubica en avenida Hidalgo 39, plaza de la Santa Veracruz, Centro Histórico.