El gobierno de México ratificó ayer su compromiso para terminar con la práctica de la tortura en el país, al tiempo de manifestar su amplia disposición a colaborar con el nuevo relator de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la materia, Nils Melzer.

Al fijar su posición sobre el informe que Melzer presentó el jueves ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, según el cual en México se hace un uso recurrente de la tortura y los malos tratos, las autoridades mexicanas dijeron estar conscientes de que la cooperación y el diálogo estrecho con los mecanismos especiales de Naciones Unidas son un complemento importante para las acciones y el fortalecimiento institucional que permite hacerle frente a dichos actos.

En un comunicado conjunto, las secretarías de Relaciones Exteriores y de Gobernación, así como la Procuraduría General de la República, reiteraron la apertura hacia los mecanismos internacionales en esta materia y recordaron que en diciembre pasado estuvo en el país el subcomité de la ONU para la Prevención de la Tortura.

Como resultado de estos esfuerzos, dijeron, se ha reducido notablemente el número de quejas presentadas por actos de tortura y otras violaciones de garantías individuales ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Por último destacaron que el informe del relator en ningún momento afirma que en México se susciten delitos de lesa humanidad. Las afirmaciones en ese sentido difundidas en medios de comunicación recogen opiniones personales y sin fundamento de algunos.