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Los de Abajo

8M, ni flores ni licuadoras

A

sí como en Estados Unidos ha crecido la iniciativa de Un día sin migrantes, en abierto cuestionamiento a la dependencia de este país a la fuerza de trabajo de millones de mujeres y hombre provenientes de otras naciones, en el marzo internacional la pregunta es ¿qué pasaría con el mundo sin el trabajo de las mujeres?

El 8 de marzo saldremos a las calles a reivindicar nuestros derechos y a exigir que pare la explotación, discriminación, criminalización, desaparición y muerte contra nosotras. La convocatoria internacional no es una más y no es sólo a tomar las calles, sino a un paro de las tareas que se nos reconocen y de las ocultas, ésas por las que no se obtiene una remuneración y recaen de manera exclusiva en nosotras.

La acción internacional de mujeres visibilizada con los hashtag #8M #NiUnaMenos #NosotrasParamos tendrá lugar en al menos 40 países del mundo, donde en cada ciudad y país serán diversas las expresiones del paro, una acción política y activista que no nace de las apuestas sindicales, aunque algunos ya se hayan adherido.

El 19 de octubre de 2016, en el contexto del primer Paro Nacional de Mujeres organizado en Argentina, se fue gestando la idea de organizar una medida de fuerza común para resignificar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujeres. El llamado cobra fuerza en España, Tailandia, Polonia, Corea del Sur, Estados Unidos y muchos otros países entre los que México no podía ser la excepción, pues aquí nos sobran los motivos.

En nuestro país la alerta vino del norte, donde en 2010, en Ciudad Juárez, Chihuahua, se alcanzó la cifra hasta de 60 homicidios por cada 100 mil mujeres. Las estadísticas no mienten. El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio advierte que entre 2012 y 2013 se cometieron 3 mil 892 asesinatos de mujeres en los 31 estados del país y en la Ciudad de México (CDMX). Y, como ya es costumbre, sólo 613 se investigaron como feminicidio, mientras entre 2013 y 2014 al menos seis mujeres fueron asesinadas todos los días.

El despojo territorial, la iniquidad laboral, el acoso callejero y el machismo es sus múltiples expresiones será cuestionado en una acción urgente, colectiva y horizontal en la que las mujeres dejaremos clara nuestra vinculación permanente, pues solas e individualizadas no podremos.

La violencia machista no para y por eso nosotras paramos. Ya basta de hacer del 8 de marzo un día institucional parecido al 10 de mayo, en el que se nos regalan flores y licuadoras. El #8M es día de agitación y rebeldía, de movilización y activismo, de fiesta y de digna y colectiva furia.

La concentración en la CDMX será el 8 de marzo a las 16 horas en el Ángel de la Independencia.