Washington.

El jefe de las operaciones antinarcóticos del Departamento de Estado de Estados Unidos, William Brownfield, destacó ayer la importancia de trabajar con México para controlar el tráfico de drogas entre los dos países, esfuerzo que ha sido puesto en duda por el plan del presidente Donald Trump de erigir un muro en la frontera.

Estimó que más de 90 por ciento de la heroína que se consume en Estados Unidos proviene de México, junto con otras drogas peligrosas, como el fentanilo.

La Casa Blanca ha dicho que un muro fronterizo contendrá el narcotráfico, el crimen y la inmigración ilegal, pero México ha advertido que un enfriamiento de las relaciones entre los dos países podría afectar la cooperación en estos asuntos relevantes.

Brownfield dijo que Estados Unidos está ahora en mejor posición que hace una década para abordar el problema gracias a la cooperación internacional, incluyendo las operaciones conjuntas y el uso compartido de inteligencia con México.

En una conferencia tras la divulgación de un reporte sobre estrategias de control internacional de narcóticos del Departamento de Estado, Brownfield dijo que la cooperación con México se sitúa en niveles históricamente altos, con buen pronóstico para el futuro.

No respondió directamente cuando le preguntaron si el muro ayudaría a detener el flujo de drogas procedente de México, pero dijo que el presidente Trump dejó claras sus intenciones y que las oportunidades o herramientas disponibles serían integradas a los esfuerzos para detener el narcotráfico en la frontera. Pero también diría que lo haremos en cooperación con nuestras contrapartes de México.