La ocupación del auditorio Che Guevara de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha alcanzado una vez más la atención de la comunidad de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL). El proceso de relevo en la dirección de esa entidad académica ha generado que los universitarios discutan y presenten sus posiciones sobre el tema.

Los puntos de vista en torno a la problemática son muy diversos. Aunque hay un común denominador: el miedo y la desconfianza para hablar del tema sigue imperando; la mayoría de los universitarios consultados pidieron el anonimato ante posibles represalias de los grupos que mantienen la toma del recinto (oficialmente llamado Justo Sierra) o para evitarse problemas con quien sea electo director.

Para el profesor jubilado del Colegio de Historia, Ignacio Sosa Álvarez, el reclamo por la recuperación del auditorio no corresponde exclusivamente a las autoridades ni a la comunidad de la FFL, sino a todos los universitarios. Señaló que en más de 16 años de ocupación, las tres administraciones de rectoría no han hecho nada digno para recuperarlo.

Resaltó que quienes actualmente mantienen la toma del Che no tienen ninguna relación con el movimiento estudiantil de 1999-2000, gracias al cual muchos jóvenes hoy pueden acceder a la universidad pública no sólo de la UNAM, sino en el país.