La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuenta con un sistema académico único en el país que ofrece a varias decenas de jóvenes –la mayoría hijos de trabajadores de la casa de estudios– la posibilidad de cursar la formación equivalente a la secundaria, y al concluir pueden incorporarse al bachillerato de la institución sin necesidad de hacer examen de ingreso.

Se trata del proyecto Iniciación Universitaria, que se imparte en el plantel 2 de la Escuela Nacional Preparatoria, para el que cada año hay cientos de solicitudes de ingreso. Sin embargo, recientemente se han reportados diversos problemas, que van desde la constante inasistencia de profesores hasta trastornos depresivos y de conducta que varios estudiantes sufren por la presión con la que trabajan.

Varios padres relataron a este diario que si bien el sistema representa una gran ventaja, porque es la posibilidad de que nuestros hijos sean universitarios desde muy pequeños, el ritmo de trabajo es semejante al del bachillerato, donde tienen la libertad de entrar o no a clases, los profesores los ven como individuos independientes y los padres quedan un tanto alejados. Muchas familias no lo saben manejar, señalaron.

Señalaron que quizás el principal inconveniente es que los planes y programas de ese sistema no están validados por la Secretaría de Educación Pública (SEP), lo que significa que si un alumno, por alguna razón, trunca sus estudios, éstos no le serán revalidados en ninguna secundaria, por lo que tendría que empezar desde primer grado.

Otros conflictos son que los maestros no tienen mucho acercamiento con los padres de familia y no ponen atención a los alumnos que se atrasan. Los alumnos “están sometidos a una presión como si fuera la prepa, cuando aún no están en edad para ello. Por eso nos toca a los padres acompañarlos y estar al pendiente”.

Asimismo, tanto los estudiantes de iniciación como los del bachillerato padecen inseguridad en la zona. Viven constantes asaltos y acosos, por lo que los padres piden la actuación de las autoridades de la UNAM, del gobierno delegacional y de Ciudad de México.

Este diario pidió la posición de los directivos de la preparatoria 2, pero no hubo respuesta a la solicitud.

Una empleada de Ciudad Universitaria confió a La Jornada que su hijo abandonó los estudios debido a que sufrió una crisis depresiva, de la cual aún no se recupera. Está en tratamiento, añadió. En primaria el chico tenía buen promedio y, de acuerdo con su madre, en el curso de iniciación sufría porque los docentes no acudían a clases y le costó mucho adaptarse al sistema. La mujer, quien evitó dar su nombre para no afectar más al menor, confió en que su hijo pronto pueda incorporarse a otra secundaria.

José es laboratorista y su hija estudia la Iniciación Universitaria, y si bien acepta que muchos profesores no asisten a las aulas, considera que una de las razones es que tienen salarios muy bajos.

Patricia y Margarita, con hijos egresados del sistema y otros aún cursando esos estudios, indicaron que en esta escuela “se trata a los niños de secundaria como si ya estuvieran en la prepa. Eso tiene sus desventajas, pero también aprenden a hacerse más responsables y conscientes de lo que representa la universidad”.