El balance del primer fin de semana de la 38 Feria Internacional del Libro (FIL) del Palacio de Minería resultó positivo, coincidieron algunos de los expositores que participan en el encuentro editorial que abrió el jueves pasado.

El viernes y sábado se apreció un incremento en el ánimo de los visitantes en comparación con el año pasado, comentó Eduard Galindo, de la editorial Penguin Random House. Es muy poco tiempo para tener datos respecto de la venta y saber qué tan bien vamos. Sin embargo, la impresión del fin de semana es el aumento, más que en la compra, en el ánimo de las personas al preguntar por los libros.

Para Guadalupe González, de la editorial Paidós, el jueves y viernes hubo poca gente en el transcurso del día. El sábado se incrementó: vendimos unos 100 libros.

Fue un fin de semana en el que predominó la asistencia de estudiantes para cumplir con ciertos requerimientos escolares. De todos ellos se calcula que 30 por ciento compró un libro, cifra positiva, ya que los chicos no tienen alto poder adquisitivo.

Carlos Alberto Gómez, de editorial Océano, explica un mecanismo de compra entre los jóvenes que en otros años no se había presentado. Daba gusto ver que entre varios chicos se cooperaban para comprar un libro y se organizaban para leerlo, primero uno y luego otro. Eso es muy bueno, importante e interesante. De cierta manera es un cambio en la adquisición de literatura, ya que son chavos de secundaria o preparatoria quienes regularmente deben leer un libro por obligación escolar, no por gusto.

Durante la mañana del sábado en su mayoría eran estudiantes; luego de las 16 horas, la visita a la feria fue sobre todo de familias y personas con mayor poder adquisitivo y con intención de comprar un libro. De la gente que compró (en dicho sello editorial), 75 por ciento se llevó dos o tres libros.

Otro expositor a la FILPM, explicó: el fin de semana hubo menos afluencia, pero más compra. En años anteriores había mucha gente y muchos que no adquirían nada.

Luis González, de editorial Planeta, considera que un elemento por lo que las escuelas en grupo no vienen es que ya no se permite que los camiones escolares se estacionen. De repente las escuelas dejaron de venir entre semana. Antes la feria se poblaba de estudiantes.

De acuerdo con los expositores entrevistados, como cada año, lo mejor viene el segundo fin de semana, luego del pago de la quincena. Eso hace que repunten las visitas y las ventas.

Como parte de las actividades de este domingo, se presentó el catálogo El universo estético, de Ernesto García Cabral, que reúne obra de la exposición del mismo nombre que se realizó en el Museo del Estanquillo, de junio a octubre de 2016, con curaduría de Rafael Barajas El Fisgón, Gloria Maldonado Ansó y Horacio Muñoz Alarcón.

Entre divertidas anécdotas de quien era conocido como Ernesto El Chango Cabral, Barajas se refirió a la notable calidad del dibujante y pintor.

“Era un personaje de leyenda. Tenía un talento extraordinario. Fue uno de los ás célebres del México de principios del siglo XX. Es uno de los raros casos de un artista plástico que fue más celebrado en vida que después de su muerte.

Sus aportaciones a la historia del arte mexicano han sido relegadas, porque él mismo se relega de los grandes movimientos artísticos de la época. Eso debe cambiar. La intención del libro es poner en contexto el trabajo de Cabral.