Domingo 19 de febrero de 2017, p. 14
En México, la situación de las mujeres es precaria
. Los feminicidios, el acoso y la inequidad de género son sólo algunos de los problemas graves que las aquejan, consideraron activistas feministas con motivo del Día de las Mujeres Mexicanas, celebrado el pasado 15 de febrero.
A propósito, pidieron a las autoridades que en lugar de celebrar
esta fecha, poco conocida, reconozcan la violencia hacia este género.
De acuerdo con ONU Mujeres, en 2014, en el país se registraron al día en promedio seis defunciones femeninas, con presunción de homicidio
, un número que podría ser mayor actualmente, dijo en entrevista María Andrea González Benassini, académica de la Universidad Iberoamericana.
Señaló que el feminicido ha tocado a prácticamente todas las edades; al respecto, el Instituto Nacional de las Mujeres de la Ciudad de México dio a conocer que en la capital del país se registra al año un promedio de 50 casos de homicidios violentos de niñas menores de 15 años de edad.
La agresiones, terribles
Ante ello, González Benassini dijo que la violencia hacia la mujer es terrible
.
Por su parte, Mar Cruz, activista feminista, mencionó que el género femenino sigue viviendo con miedo, que se refleja cuando están en la calle volteando a todos lados, o en el hecho de utilizar los vagones del Metro especiales para ellas, eso es un síntoma de que no nos sentimos seguras
.
Las especialistas indicaron que el acoso es otro de los problemas que no ha disminuido. Señalaron que éste se presenta en la casa, en el trabajo, en la escuela y en la calle. ¿Quién te acosa?, el maestro, el vecino, el del puesto de la esquina
, expresó Cruz.
Recordaron que aunque estos son puntos centrales, también está la desigualdad laboral, educativa y de salud en la que se desenvuelven.
Aunque hay avances porque ves en importantes puestos de trabajo a mujeres
y que cuentan con un nivel de estudio superior, como doctorados, todavía hay rezagos, dijo González Benassini.
En lo laboral, por ejemplo, señaló que ellas tienen menos ingresos que los hombres
y, además, combinan sus actividades con labores domésticas, o muchas veces sólo se dedican al hogar sin recibir remuneración por actividades que también requieren esfuerzo.
Nos han metido en un cajón, donde nosotras tenemos que ejercer la labor de cuidado y ellos, claro, el trabajo.