erdes, azules y transparentes. Miles de botellas de vidrio que terminarían en la basura son transformadas en vasos por mujeres en la capital de Guatemala para ser vendidos en supermercados, actividad que genera empleo y disminuye los niveles de violencia que azotan los barrios de la ciudad.

Apiladas en un pequeño local, las botellas de vino, cerveza y licor, entre otras, aguardan para ser lavadas, cortadas y pulidas por mujeres de la colonia La Verbena, lugar asediado por las pandillas.

Vimos todo el vidrio que se tiraba, las botellas que se desperdiciaban y la necesidad de empleo en estas áreas, recordó Aaron Bendfeldt, estudiante universitario que junto con dos socios fundó Grønn, que en tres años ha vendido 8 mil vasos.

El objetivo es brindar la oportunidad de un ingreso económico adicional a familias y romper con las zonas rojas, lugares de pandillas, así como la falta de acceso a educación, agregó.

Guatemala, uno de los países con más violencia en Latinoamérica, reporta unos 6 mil asesinatos cada año. Según cálculos oficiales, la mitad de los crímenes se atribuye a las operaciones del narcotráfico y las pandillas Barrio 18 y Mara salvatrucha.

Quiero que mis niños salgan adelante, manifestó Reyna Valencia, de 31 años, una de las cuatro mujeres encargadas del área de producción, que funciona en el barrio vecino Quinta Samayoa. Resaltó que el trabajo le ha permitido enviar a sus dos hijos, de dos y cinco años, a la escuela.

Grønn planea contratar en los próximos cinco años a unas 30 mujeres de zonas de riesgo y crear centros comunitarios para la recolección de botellas. Los socios buscan restaurantes que quieran usar sus vasos, que cuestan desde 1.5 dólares.

Afp