Una respuesta obligada para México ante la amenaza planteada por el cambio de gobierno en Estados Unidos es reforzar su economía con acciones orientadas a diversificar exportaciones, atraer más inversión al turismo y reducir la deuda y déficit públicos.

El riesgo viene del exterior, pero los retos son internos, comentó este miércoles Gabriela Siller Pagaza, directora de análisis económico y financiero del Banco Base.

La peor amenaza del presidente de Estados Unidos respecto de México ha sido la de renegar del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994, consideró Siller Pagaza.

Este acuerdo, en el que también participa Canadá, liberó el intercambio de mercancías y duplicó a 26 por ciento la participación de las exportaciones en el producto interno bruto (PIB) mexicano.

Una renegociación del TLCAN no ocurrirá sino hasta bien entrado este año o hacia 2018. Eso, por un lado, abre una oportunidad para que México trate de reforzar otros mercados para sus exportaciones, sobre todo en Asia, planteó.

Por otro, genera el riesgo de que esa renegociación coincida con el proceso electoral de 2018, cuando será renovada la presidencia, añadió.

El déficit comercial de Estados Unidos con México ronda 59 mil millones de dólares al año. Esa cantidad, añadió, equivale a 0.33 por ciento del producto de aquel país.

Por esa cantidad, relativamente pequeña respecto de la economía estadunidense, es por la que está peleando Trump cuando afirma que México se ha aprovechado de Estados Unidos. Si no hubiera déficit, su producto interno bruto sería mayor en 0.33 puntos, planteó.

En cambio, añadió, Donald Trump no se pelea con Japón y China, que son los mayores acreedores de Estados Unidos al tener en su poder 13 por ciento del total de la deuda emitida en bonos del Tesoro.

Uno no se pelea con quien le está prestando dinero, acotó.