paso lento va la alternancia en Veracruz. Salvo las denuncias cotidianas sobre las transas de Javier Duarte y compañía y la referencia en automático a la quiebra financiera, poco ha cambiado, en particular las perniciosas prácticas internas de los partidos, que actúan en función de intereses cupulares. La novedad es que ahora el Ejecutivo depende de los empoderados partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática.

Esto se observa en la respuesta punitiva de los legisladores a la Universidad Veracruzana (UV) y a su demanda de hacer efectiva la autonomía financiera para no depender del estado de ánimo del gobernante en turno ni de arreglos entre diputados y sus partidos, cuyos intereses no son académicos.

Lo mismo pasó durante el duartismo, cuando la comunidad universitaria tomó las calles en protesta por las intenciones del gobierno y sus cómplices en el Legislativo de escamotear los recursos federales destinados a la educación superior.

La iniciativa provino tanto de las autoridades universitarias como de académicos y estudiantes, quienes se convirtieron en factor esencial, junto con las movilizaciones de jubilados, campesinos, trabajadores y otros ciudadanos, para afianzar la alternancia electoral.

Aunque la demanda universitaria fue finalmente aceptada ayer, luego de las gestiones de la rectora Sara Ladrón de Guevara con la junta de coordinación política, que accedió a fijar el presupuesto en 4 por ciento del gasto total, la inercia del pasado persiste y parece venir de la mano de la depredación que se acostumbraba en la UV.

Un ejemplo claro del saqueo que, al amparo de las corruptelas duartistas, vulneró a la UV es el caso del ex asesor Jorge Medina Viedas, quien en la jauja del duartismo devengó entre 2010 y 2013 unos 4 millones de pesos, entre compensaciones anuales de 900 mil pesos, bonos y aguinaldos que ni Obama cobraba. De la utilidad de sus consejos nada se sabe.

Además, Medina Viedas aún regenta un medio universitario de su invención asociado a un medio nacional, lo que en ese mismo periodo costó a la alicaída UV más de 4 millones 650 mil pesos. Ahí, faltaba más, coló un ente de su propiedad llamado Grupo Consultores de Comunicación de Sinaloa, con una iguala de casi 100 mil pesos, más viáticos, por supuesto. Saqueo a manos llenas.