La medida pasará a la historia como un regalo para los extremistas
: cancillería iraní
La Liga Árabe también denuncia las restricciones injustificadas
impuestas por Washington
Lunes 30 de enero de 2017, p. 24
Teherán.
La decisión de Donald Trump de suspender el ingreso a Estados Unidos de ciudadanos de siete países de población mayoritariamente musulmana fue condenada por naciones como Irán e Indonesia.
Pasará a la historia como un gran regalo para los extremistas y sus protectores
, tuiteó el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif. Esta discriminación colectiva ayuda a los terroristas a reclutar ampliando la fractura iniciada por los demagogos extremistas
, indicó en un segundo tuit, y aseguró que la comunidad internacional necesita diálogo y cooperación para atacar las raíces de la violencia y el extremismo
, sobre todo en Medio Oriente.
El cineasta iraní Asghar Farhadi, nominado a los Óscares, anunció que no acudirá a la ceremonia que se celebra en febrero en Los Ángeles y denunció las restricciones impuestas por Trump.
Teherán anunció el sábado que aplicaría la reciprocidad a ciudadanos estadunidenses.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Indonesia, país de 255 millones de habitantes donde 85 por ciento profesa el islam como religión, lo que lo coloca como la nación de mayor población musulmana en el mundo, lamentó profundamente
la decisión estadunidense.
Pese a no figurar en la lista de siete países afectados por el decreto, Indonesia lo lamenta profundamente porque considera que afectará al combate global contra el terrorismo
y se traducirá en una gestión negativa de los refugiados
, dijo a la agencia Afp el portavoz del ministerio, Arrmanatha Nasir.
El decreto de Trump, que entró en vigor el viernes, prohíbe el ingreso durante 90 días a Estados Unidos de ciudadanos de Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.
La Liga Árabe denunció las restricciones injustificadas
impuestas por Trump.
En Irak, la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento pidió la reciprocidad con todas las medidas de Estados Unidos, que invadió el país petrolero en 2003, y donde mantiene unos 5 mil agentes.
En Jartum, capital de Sudán, el ministerio de Relaciones Exteriores lamentó que esta decisión intervenga luego de derogadas las históricas
sanciones económicas estadunidenses, el 13 de enero.
En Yemen, que se encuentra en guerra, sólo el gobierno dirigido por los rebeldes chiítas hutíes en Saná, no reconocido por la comunidad internacional, denunció el decreto.
A excepción de estas reacciones, ningún otro país de población mayoritariamente musulmana se ha quejado oficialmente del decreto de Trump.
Hasta ahora, las monarquías del Golfo, Egipto, Turquía o los países del Magreb han guardado silencio.