Washington.

El conquistador de Washington llegó este jueves a esta capital para preparar su estancia en su nuevo hotel, la Casa Blanca, este viernes, mientras se prepara para revertir buena parte del legado de su antecesor con medidas casi inmediatas, lo cual ha generado rumores de que está considerando desde una dramática reducción de la burocracia, imponer nuevas medidas antimigrantes e incluso posibles redadas, hasta el retiro de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Nada está confirmado, y por ello el nuevo gobierno de Donald Trump arrancará este viernes no en un clima de confianza y seguridad, sino de incertidumbre y preocupación dentro y fuera de Estados Unidos.

En su primer acto público de los festejos de la transición presidencial en esta capital, el casi presidente Donald Trump bajó las escalinatas del monumento a Lincoln junto con su esposa, Melania; sus hijos y su yerno y asesor presidencial Jared Kushner, al ritmo de Corazón de piedra, de los Rolling Stones, para el concierto en honor a su toma de protesta.

Un mar de caras blancas los recibió con coros de Trump, Trump, Trump, mientras un elenco de artistas de caras blancas ofrecieron homenajes musicales, donde lo más notable fue la ausencia de estrellas de primer calibre con la excepción de los de música comercial country como Toby Keith y Lee Greenwood, quien ofreció su himno ultraconservador Dios bendiga a Estados Unidos de América.

Trump ofreció un breve discurso al concluir el acto, en el cual afirmó ante sus fanáticos que ellos fueron los que impulsaron este triunfo. Yo soy el mensajero, sólo soy el mensajero, dijo. “Todos nos cansamos de lo que estaba sucediendo… queríamos cambio, un cambio real” agregó. Con eso, “se inició un movimiento como nadie jamás ha visto en ninguna parte del mundo…. vamos a unir a nuestro país; vamos a hacer a América grandiosa de nuevo”, declaró.

Continuó: “se habían olvidado de muchos de nosotros… pero ustedes ya no están en el olvido”, afirmó, al reiterar que recuperará empleo que se estaba trasladando al extranjero, ampliará las fuerzas militares y fortalecerá nuestra frontera. Festejó: lo que hemos logrado es muy especial, están hablando de ello por todo el mundo.

Trump, quien siempre ha afirmando que el país debe ser administrado como una empresa, asumirá su puesto como ejecutivo en jefe de Estados Unidos SA al mediodía en la ceremonia de investidura tradicional frente al Capitolio.

De ahí se trasladará, a lo largo de la avenida Pennsylvania hasta el número 1600, su nueva residencia, la Casa Blanca (a pocas cuadras, sobre la misma avenida, de su nuevo Hotel Trump).

Todo será realizado dentro de un intenso operativo de seguridad que comenzó hoy, con el cierre de calles centrales, barreras y vigilancia en el que más de 30 mil elementos de las policías local, estatal y federal impusieron un cerco de seguridad. A pesar de sus mensajes de que unificará al país, Trump seleccionó al reverendo Franklin Graham para dar la bendición de su inauguración, y hoy envió por Twitter un mensaje del reverendo en el cual afirma que Trump no dividió al país, sino que ya estaba así desde hace tiempo. Pero Franklin es una figura polarizante por sus posiciones antigays, antimusulmanas y racistas.

Los actos oficiales incluyen también tres fiestas de gala, de hecho, muchas menos que en tomas de posesión anteriores. El sábado habrá un servicio religioso de oración nacional.

Mientras tanto, continúan las audiencias de ratificación para sus nombramientos del nuevo gabinete y otros puestos que requieren de aprobación del Senado. El miércoles nombró al ex gobernador de Georgia Sonny Perdue como secretario de Agricultura, el último puesto que quedaba de ese nivel. Con ello, será el primer gabinete en tres décadas sin un solo integrante latino, a pesar de que varias agrupaciones latinas (NALEO, LULAC, Consejo Nacional de la Raza) habían solicitado a Trump que nombrara por lo menos uno.

Este jueves se reveló que a su nominado para secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, financiero y ex integrante de Goldman Sachs, se le olvidó incluir 100 millones de dólares en bienes en su declaración fiscal que presentó para su ratificación.

Por su parte, el ex gobernador de Texas Rick Perry, en su audiencia de ratificación para ser el próximo secretario de Energía, lamentó haber pedido la eliminación de esa dependencia cuando era precandidato presidencial.

Por lo pronto, en un acto en su hotel en esta capital, Trump elogió a su gobierno en formación: tenemos por mucho el IQ más alto de cualquier gabinete jamás conformado.

Poco antes, él y su vicepresidente electo Mike Pence realizaron el acto tradicional de colocar una ofrenda en la Tumba del Soldado Desconocido en el cementerio nacional de Arlington.

Mientras tanto, sin ningún integrante del gabinete ni subsecretario ratificado aún, Trump solicitó este jueves que unos 50 funcionarios del gobierno de Obama permanezcan en sus puestos después de la toma de protesta para asegurar una transición más fluida. Eso aún no despejó preocupaciones de que el nuevo gobierno arrancará sin suficientes altos funcionarios en puestos claves, sobre todo en seguridad nacional.

A estas alturas de una transición, un presidente debería tener por lo menos 100 nombramientos de los casi 700 que requieren ratificación del Senado; Trump llevaba sólo 28 hasta este jueves, reportó Bloomberg News.

Muchos, mientras, siguen asombrados y hasta atontados de que esto esté sucediendo. Esta es una crisis sin precedente al avanzar hacia esta semana de toma de protesta, consideró el sagaz corresponsal político Matt Taibbi, de Rolling Stone, al bautizar al nuevo mandatario como el presidente payaso loco.

EJ Dionne, veterano columnista del Washington Post, comentó que para muchos ciudadanos, más allá de si Trump ganó de manera legitima o no, esta investidura es legítimamente aterradora, al considerar que esta es la toma de posesión más ominosa en la historia moderna.