Frente a Trump, sustitución de importaciones
l nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anuncia (prácticamente) que no habrá libertad de comercio ni esperará a que el dogma liberal anunciado en 1776 surta efectos positivos en su país. Tomará las decisiones que a sus intereses convengan. No habrá reglas objetivas a las cuales ceñirá su conducta, sino que su comportamiento será errático o contingente y dependerá del cálculo de los intereses de esa nación en cada momento. No se podrá confiar en tratados o convenios, ni en el propio derecho internacional, porque actuará desde una estructura de fuerza. Y cuando no haya obligaciones comerciales, deberemos prever la acción militar. No podemos esperar que se logre una negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte donde los dos ganen y pierdan, sino que planteará sólo ganancias unilaterales a partir de posturas de fuerza, cosa que para la mayoría de los mexicanos es inaceptable, pero que puede lograr dada la alta dependencia que tenemos respecto de ese país. Amén de lo abyecto de nuestros gobernantes.
La clave está en identificar (ya) los productos estratégicos de los cuales dependemos de Estados Unidos e inmediatamente emprender acciones para producirlos en suelo mexicano. Inicia la lucha por la verdadera independencia, y para eso existe una estrategia económica creada en América Latina denominada sustitución de importaciones, que debe ir acompañada de una serie de medidas que eliminen la profunda desigualdad en que vivimos y el atraso en capacidades. Para lograr esto último se requiere modificar las políticas monetaria y hacendaria.
La pregunta es: ¿quién lo hará? ¿Peña Nieto? ¡Claro que no! Los neoliberales son criaturas que no cambian. ¿Debemos esperar hasta 2018 para eso? ¡No hay tiempo! La situación obliga a la sociedad civil organizada en colectivos de productores y algunos gobiernos locales a emprender medidas de salvamento nacional. Del gobierno federal no podemos esperar nada, más que penalidades, como hijos históricos de Santa Anna que son. La organización ciudadana será vital en este trance histórico.