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Gómez Camacho exhorta a modernizar Naciones Unidas para evitar que sea irrelevante

Alarma a la ONU escalada de agresiones contra activistas ambientales en México
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de enero de 2017, p. 11

México es el segundo país de América Latina del cual el relator especial de Naciones Unidas sobre defensores de derechos humanos recibe más comunicaciones, sobre todo de activistas que trabajan en defensa del medio ambiente.

Este lunes, el relator Michel Forst inicia en México su primera visita oficial de nueve días, tiempo en el que se reunirá con diversas organizaciones civiles y de derechos humanos a fin de conocer de primera mano los casos de agresión, hostigamiento o criminalización en contra de defensores y defensoras de derechos humanos. Tan sólo entre el primero de diciembre de 2014 y el 30 de noviembre de 2015, el relator recibió ocho comunicaciones relacionadas con defensores de derechos humanos en México.

América Latina y Asia son las regiones más hostiles para los defensores de los derechos humanos ambientales. En los cinco años recientes, 48 por ciento de las 137 comunicaciones enviadas son casos que involucran a naciones de América, la zona más peligrosa.

Los defensores que son víctimas están dedicados principalmente a promover los derechos de las comunidades frente a las industrias extractivas y mineras, el cultivo de aceite de palma y la deforestación. Honduras, México, Brasil y Perú son los países a las que pertenece el mayor número de comunicaciones.

Además, son cuatro años de forma consecutiva que diversos organismos e instancias de Naciones Unidas han hecho observaciones al Estado mexicano sobre la situación que enfrentan los defensores de derechos humanos.

Persiste el clima de violencia

Por ejemplo, en 2014, Margaret Sekaggya, anterior titular del mandato del cual hoy está al frente Michel Forst, expresó su profunda preocupación por la persistencia de un clima de violencia e inseguridad para los defensores y defensoras en México, e incluso llamó la atención al Estado mexicano sobre el alto nivel de impunidad que prevalece en las agresiones cometidos contra los y las defensoras en el país.

Esta historia se repitió en 2015, cuando, durante su estancia en México, el titular del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, dijo: muchas de las personas con las que he hablado ilustraron una imagen muy desalentadora y consistente, de una sociedad afligida por los altos niveles de inseguridad, de desapariciones y de asesinatos, el continuo acoso a personas defensoras de los derechos humanos y periodistas.

Incluso, lanzó un llamado urgente a las autoridades mexicanas para ofrecer más y mejor protección tanto a las defensoras y defensores de derechos humanos como a quienes ejercen el periodismo, quienes han sufrido una terrible serie de asesinatos, amenazas, golpizas y otras formas de intimidación en los años recientes.

Georgina Saldierna

El embajador de México ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Juan José Gómez Camacho, exhortó a reformar este organismo internacional, pues si no se logra su modernización existe el riesgo de que se vuelva irrelevante. El problema de ello es que la preminencia del organismo multilateral tiene un efecto real en la capacidad de lograr un mundo más pacífico, próspero y con menos conflicto, subrayó.

La relevancia de Naciones Unidas es crucial para el tipo de mundo que se quiere tener, precisó el diplomático, quien, por otra parte, explicó que la participación de México en las operaciones para el mantenimiento de la paz ha tenido hasta la fecha el objetivo de entrenar mandos militares, con miras a que en 2018 se construya un centro de adiestramiento para formar elementos de tropa y oficiales con las capacidades necesarias para ser parte de esas misiones.

En entrevista con La Jornada realizada en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Gómez Camacho dijo que por su volumen y la enorme complejidad y diversidad de lo que hace, la ONU se ha ido fragmentando en muchos brazos operativos desarticulados.

Por ejemplo, en el tema de paz y seguridad es claro que la única manera de prevenir conflictos es precisamente mediante el desarrollo y la prosperidad; sin embargo, hay una división entre las maquinarias dedicadas a cada uno de esos asuntos y eso provoca que quienes trabajan en el primer tópico lo hagan con un enfoque tradicional, haciendo caso omiso de los componentes del desarrollo.

Tal situación hace indispensable una reforma en las que los brazos y entidades de la organización que hacen distintas cosas, empiecen a trabajar de manera horizontal y coordinada y ya no de forma independiente. Ello implica que quien se ocupa del desarrollo de los niños trabaje y entienda que su labor se puede reforzar con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, ejemplificó.

Además de estos cambios, el diplomático señaló que debe reformarse el Consejo de Seguridad, porque ya no responde a los retos ni a los valores que representa Naciones Unidas. Se requiere una instancia más representativa, transparente y democrática.

Luego de recordar que en la actualidad hay cinco miembros permanente y 10 temporales con una duración de dos años en el consejo, resaltó que México ha propuesto que no haya más permanentes, ampliar el número de la membresía y crear una nueva categoría de integrantes electos a largo plazo.

Explicó que los cambios en el consejo de seguridad no han fructificado, porque hay tres visiones/intereses. Una es la de los cinco permanentes, que por razones obvias se mueven con enorme cautela en relación con el tema; otra es la que promueve México junto a otros estados, y una tercera es la que propone Japón, Alemania, India y Brasil de ampliar de cinco a nueve los espacios permanentes y que ellos ocupen los nuevos sitios.