Sábado 7 de enero de 2017, p. 19
Tokio.
El gobierno japonés defendió a Toyota Motor Corp como un ciudadano corporativo importante
de Estados Unidos, después de que el presidente electo Donald Trump amenazó a la empresa con un fuerte arancel si fabrica sus modelos Corolla para el mercado estadunidense en una planta en México. Trump ha criticado en repetidas ocasiones a las empresas estadunidenses por el uso de fábricas de menor costo en el extranjero a expensas de los puestos de trabajo en su país.
Nissan, la segunda automotriz de Japón, podría ser la principal víctima de cualquier castigo impositivo. Nissan estableció su primera planta en México hace 50 años y ahora fabrica más de 800 mil autos al año, la mayoría sedanes Versa y Sentra. Según cálculos de JP Morgan, un alza de los aranceles a los autos importados de México a Estados Unidos, incluso de 10 por ciento, golpearía los resultados operativos consolidados de Nissan en 10.3 por ciento, más que el 5.5 por ciento que dañaría a Mazda, o 0.7 por ciento a Toyota y 2.2 por ciento a Honda.
Las cuatro automotrices japonesas en México han dicho que no tienen planes inmediatos para cambiar sus operaciones. Un ejecutivo asiático dijo a Reuters que la empresa tomó hace mucho tiempo la decisión estratégica de que México se convierta en su centro de producción en América del Norte.