El peso logró remontar una fracción del terreno perdido en días recientes, pero cerró la semana como la moneda más depreciada frente al dólar. La recuperación de este viernes vino después de una segunda intervención del Banco de México (BdeM) en el mercado de divisas para contener la devaluación.

La moneda se ha visto afectada, principalmente, por el temor del efecto en la economía nacional de políticas proteccionistas planteadas por la próxima administración estadunidense y la expectativa de incrementos en las tasas de interés en aquel país, que aumentan el rendimiento de las inversiones en dólares.

Al cierre de la sesión, la cotización para operaciones de mayoreo –las más representativas del mercado de divisas– se situó en 21.23 pesos por dólar, recuperación de 21 centavos en comparación con el jueves, reportó el Banco de México.

En la semana financiera que concluyó ayer, el peso tuvo un retroceso de 50 centavos, equivalente a una depreciación de 2.4 por ciento, de acuerdo con los registros del banco central. De las principales monedas que se intercambian con el dólar, la mexicana fue la que registró la mayor depreciación en los pasados cinco días, seguida por la libra esterlina, con 0.46 por ciento.

En 2016 el peso perdió una quinta parte de su valor frente al dólar, al acumular depreciación de 21.4 por ciento.

El tipo de cambio en ventanillas bancarias concluyó en 20.80 pesos por dólar a la compra y 21.55 pesos a la venta, reportó Citibanamex.

En la noche del jueves, a partir del inicio de las operaciones financieras en Asia, el Banco de México realizó una segunda venta de divisas de la reserva internacional, en un intento por contener la depreciación del peso. La primera de estas acciones fue realizada, también el jueves, poco antes de las siete de la mañana.

El banco central no ha informado de los montos vendidos entre los intermediarios financieros. Analistas situaron la primera intervención en un rango de entre mil 200 millones y mil 500 millones de dólares.

En este año se suscitarán varios riesgos para los mercados financieros, que pudieran resultar en un peso más débil en los próximos meses, consideró el Grupo Financiero Banorte. Pronosticó un tipo de cambio de 23.50 pesos por dólar para el cierre del año y planteó la necesidad de políticas económicas que traten de hacer frente a un sendero volátil a lo largo de 2017.

Durante los días recientes se han observado nuevamente presiones significativas sobre el peso ante la expectativa de que la nueva administración de Estados Unidos aplique una política proteccionista, comentó Santander. Las recientes declaraciones y amenazas de (el presidente electo Donald) Trump a compañías del sector automotriz para desalentar las inversiones en México han elevado la incertidumbre y generado una fuerte presión sobre el peso. Esta situación llevó al Banco de México a intervenir en el mercado cambiario para tratar atenuar la volatilidad, agregó.

La depreciación que tuvo el peso frente al dólar en la primera semana del año obedeció principalmente a tres razones, de acuerdo con Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero del Banco Base: primera, la retórica proteccionista de Trump y las presiones a las empresas automotrices, uno de los sectores que concentran mayor inversión extranjera directa en México; la posibilidad de una alza de tasa de interés de referencia más rápida en Estados Unidos; y, tercera, de carácter nacional, que el incremento a los precios de las gasolinas ha elevado las expectativas de inflación para 2017 y también ha generado descontento social. Ello, dijo, se ha traducido en protestas en diferentes regiones del país.

Aunque a corto plazo esto parece no afectar los mercados financieros, podría influir sobre los resultados de las elecciones federales de 2018, incrementando el nerviosismo de los mercados, consideró.